El balneario de Laguna Paiva está seco y el humedal parece un desierto por la histórica bajante en la cuenca del río Paraná y la falta de precipitaciones en toda la región. En la laguna sólo queda un charco de lodo en el que todavía hay algunas especies de aves.
En abril del 2018, la laguna también estuvo muy afectada por la sequía pero conservó un caudal importante de agua, a diferencia de este verano en el que prácticamente se "evaporó".
Según Vía País, este desolador panorama llevó a las autoridades a comenzar las tareas necesarias para generar una contención en la laguna con el objetivo de recuperarla cuando las condiciones hídricas mejoren, aunque el panorama sigue siendo desolador. La misma demandará unos 16 meses.