El programa "Santa Fe libre de armas" que recompensará con hasta nueve mil pesos a quien entregue un ejemplar abre una vez más el interrogante en relación al circuito ilegal. Desde el gobierno provincial no se conoce “la dimensión del mercado negro” y se apunta a la Justicia para que investigue el origen de revólveres y pistolas que son usadas para cometer delitos.
En declaraciones a Radiópolis (Radio 2), Lautaro Seappietro, a cargo de la Agencia Provincial de Prevención de Violencia con Armas de Fuego, se refirió en principio al plan de desarme impulsado recientemente: “El objetivo es buscar esas armas que han quedado en el hogar y que eventualmente puedan caer en el circuito ilegal. No vamos a desarmar a los delincuentes, no somos ingenuos, para eso tenemos otras medidas. Hablamos de las armas guardadas en un cajón y que los delincuentes buscan, es una cuestión estadística”, comenzó.
Consultado sobre la cantidad de armas clandestinas en la ciudad, el funcionario manifestó: “La verdad es que muy complejo saberlo, es un circuito muy subterráneo, estamos trabajando en eso, pero podemos decir que en el último mes se secuenciaron 3700 armas –los calibres 22 y 9 milímetros son mayoría– y 17 mil en los últimos 5 años”, dijo. A continuación, cuestionó por la situación al poder judicial: “Nosotros tenemos muchas hipótesis y líneas de investigación, pero en la Justicia nunca se ha trabajado sobre la fuente, es decir, de dónde provienen y nos sorprende que nunca se puso el ojo en esto”.
Seappietro también puso la lupa en relación al destino del armamento secuestrado en el marco de procedimientos policiales y judiciales. “Van pululando, hemos encontrado armas en dependencias policiales pero eso no tiene que pasar”, advirtió. “La Policía secuestra el arma, le pasa información al poder judicial pero las armas no pasan. Unificamos las armas en dependencia policial y estamos justamente trabajando para que vayan al depósito judicial y se destruya”, concluyó.
En marzo pasado, la jefa de fiscales de Rosario María Eugenia Iribarren, admitió: "La circulación de armas en la región no disminuye, por el contrario, se ve el aumento".
En diálogo con el programa A Diario (Radio 2), Iribarren, añadió entonces: "Ya había una circulación alta de armas de fuego y de lesividad. Eso se incrementó. Como uno de los factores del Estado no podemos desconocer que somos un eje importantísimo. Las balaceras tienen un antecedente y una consecuencia de un hecho violento. Esclarecerlas puede evitar otras situaciones; también desbaratar organizaciones".