En la Semana Internacional de los Archivos, la facultad de Humanidades y Artes (UNR) se destacó con una iniciativa propia: poner en común el patrimonio documental y el derrotero histórico del Archivo Torriglia. Se trata de una colección que resguarda documentos, mapas y planos sobre la fundación de pueblos y colonias santafesinas, migraciones internas, construcción de redes ferroviarias y camineras, líneas genealógicas, desarrollo de actividad portuaria, partición de espacios rurales y urbanos, entre otra información. La tarea es continua.
Un video anticipo titulado “Quién escribirá su historia” muestra el trabajo diario de los investigadores que apunta a jerarquizar el material, digitalizarlo, asignarle nuevo espacio y abrirlo a la comunidad.
El denominado “Archivo Torriglia” está dentro del Instituto de Investigaciones Adolfo Prieto (IIAP), que funciona en la facultad de Humanidades y Artes y contiene, además, 84 centros de estudios.
El objetivo del IIAP es recuperar relatos que narran la llegada y derivas de los fondos y colecciones que integran el acervo, convocando a quienes fueron directores/as, profesores/as, estudiantes, pasantes, usuarios/as y colaboradores/as desde 1966 y hasta nuestros días.
La idea es que con el tiempo, las colecciones del Archivo Torriglia estén disponibles con acceso público y remoto.
“El pasado, presente y futuro de este espacio no sólo se significa en su valiosa e inédita materialidad, sino en sus protagonistas: voces cargadas de emoción que nos ayudan a comprender los efectos de una ausencia de políticas archivísticas” que, finalmente, comienzan a saldarse”, explica, en diálogo con Rosario3, la doctora Natalia García, directora del IIAP.
Y agrega: “Esperamos, en poco tiempo, reinaugurar las instalaciones sumar puntos de acceso que permitirán duplicar la consultas de usuarios. En los próximos meses y en diferentes etapas, se abrirá el IIAP e-LAB, que prestará servicios de restauración, conservación preventiva, orientación en gestión documental y digitalización para toda la comunidad, priorizando las colecciones del Archivo Torriglia para que, con el tiempo, estén disponibles con acceso público y remoto”.
La tarea de relevamiento, clasificación y ordenamiento del material es realizado por especialistas: la profesora Carolina Zoppi, graduada en Historia y experta en conservación preventiva, formada en la UNAM México; la investigadora Patricia Cuaranta, a cargo del seguimiento de las obras y archivo oral de la historia del Torriglia, la profesora Micaela Actis, a cargo de la comunicación y soporte informático; todo articulado por la directora del archivo, la licenciada Sofía Fernández.
¿Qué contiene “El Torriglia”?
Este Archivo nace a partir de la generosa donación del Agrimensor César Torriglia en 1966 a la entonces Facultad de Filosofía y Letras. En su extensa carrera profesional, Torriglia conservó valiosos materiales que datan de mediados del S. XIX y no solo remiten a nuestra provincia sino a Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos, Mendoza, San Luis, Santiago del Estero y Chaco.
En lo que hace a la historia de Rosario no siempre conocida por quienes la habitamos, esta colección en particular resguarda documentos, mapas y planos que permiten comprender aspectos fundamentales de nuestro pasado como la fundación de pueblos y colonias, las migraciones internas, la construcción de redes ferroviarias y camineras, las líneas genealógicas de familias que tuvieron un peso decisivo en diferentes etapas con sus respectivas redes socioculturales.
Además, muestra el desarrollo de la actividad portuaria, la partición de los espacios rurales y urbanos y cómo se gestaron un sinnúmero de tensiones que continúan en el tiempo como el reparto desigual de la propiedad en el proceso de urbanización, el mercado inmobiliario e incluso problemáticas ambientales como el caso de La Picasa.
Pero este archivo también contiene otras piezas documentales muy destacadas, como colecciones en papel y en microfichas y microfilms que abarcan diversas temáticas, áreas y períodos que pueden remontarse al Siglo XVI: archivos parroquiales del NOA, Actas del Cabildo de Santa Fe, Actas de la Legislatura y Archivo de la Contaduría provincial. Claro que, muchas son las posibilidades investigativas e informativas que se abren con las Memorias del Departamento de Hacienda y Contaduría de la Nación, de la Bolsa de Comercio de Rosario o con los libros de Aduana que registrando los movimientos marítimos y portuarios detallan las particulares mercadería lícitas o decomisadas por el Estado.
Finalmente, además de una serie de microfilms que corresponden al acervo del Dr. Victorino de la Plaza (1815-1899), este Centro de Documentación aloja publicaciones de periódicos obreros de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, y especialmente de Rosario desde finales del S. XIX y 1930 que llegaron a nuestra Facultad desde el prestigioso Instituto Internacional de Historia Social de Ámsterdam.
De las dictaduras y las desidias a su puesta en valor
“Si, como creo, los archivos expresan un tiempo y lugar de precariedad y fragilidad, así como de inigualable fortaleza y voluntad en todo lo que nos hemos permitido de memoria, el Archivo Torriglia por lejos escapa a estas dimensiones”, dice el decano de la facultad de Humanidades y Artes (UNR), Alejandro Vila, y añade: “Sin reparar en los tesoros que aloja, este espacio sufrió tanto la despatrimonialización y saqueo de los periodos dictatoriales, como la desidia institucional en tiempos democráticos. La ausencia de una política de archivos es una larga deuda de nuestro país”, sostiene el directivo.
“En esta Facultad –explica– ello comienza a saldarse otorgándole un nuevo espacio especialmente diseñado desde los más altos estándares archivísticos en materia de conservación preventiva, resguardo y acceso. Tras una pormenorizada planificación, las tareas de traslado comenzaron en abril de este año con las limitaciones e intermitencias físicas que impone el contexto sanitario”.
¿Quién escribirá su historia? La respuesta fue y es: sus protagonistas.
Y no sólo los ciudadanos comunes desconocemos lo que el famoso archivo contiene. Según cuenta Vila, entretanto embalaban cajas y paquetes o subían y bajaban los pisos, se iban interiorizando de aspectos absolutamente desconocidos o datos erróneamente preconcebidos sobre cómo habían llegado hasta allí algunas colecciones o por qué algunos costosos mobiliarios ya no estaban.
“Un denso telón de fondo explica este acervo y su narrativa es parte de la misma deuda. Nos preguntamos entonces ¿Quién escribirá su historia? La respuesta fue y es: sus protagonistas. Por ello –señala– fuimos en búsqueda de las voces y vivencias de directores/as, docentes, estudiantes, pasantes, usuarios/as que lo transitaron desde la década del ‘60 hasta nuestros días”.
La puesta en valor del archivo
“El traslado y la puesta en valor del Archivo Torriglia responde a una política de inversión en infraestructura para investigación con los objetivos de mejorar la conservación y garantizar la apertura a las consultas de docentes, estudiantes e investigadores”, indica Vila.
“Por eso –destaca– es importante no perder de vista el enorme acervo que contiene este archivo. La responsabilidad y el orgullo que conlleva ser depositario de él es directamente proporcional a la necesidad de otorgarle un lugar definitivo y adecuado. Por eso, la re-localización en un espacio privilegiado del nuevo edificio y también la compra de equipamientos y materiales”.