El municipio de Rosario presentará en los próximos días un proyecto para reducir las velocidades máximas para circular por las calles de la ciudad. La iniciativa fue anunciada por el intendente Pablo Javkin en la apertura de sesiones y se enmarca en un plan integral de movilidad.

Según pudo averiguar Rosario3, el objetivo final es bajar en diez kilómetros por hora  las máximas permitidas en Rosario. “Lo que es 40 a 30 y lo que es 60 a 50”, detalló Javkin. Pero esto no ocurrirá de un día para el otro, sino que la idea es ir haciéndolo por zonas y en simultáneo con un fuerte operativo de control sobre las calles de la ciudad.

“El problema actual del tránsito no es por ir más lento, el problema está en que no es continuo. Necesitamos algo más continuo pero de menor velocidad, porque todos los días se reflejan los inconvenientes con ciclistas o peatones”, señaló el intendente.

El intendente dando su mensaje en la apertura de sesiones del Concejo (Alan Monzón/Rosario3)

Cabe recordar que actualmente se viene realizando una prueba piloto de reducción en la velocidad para circular en algunas avenidas de la ciudad, principalmente en la Costanera Norte. Desde el municipio señalaron que por el momento no han detectado inconvenientes con esta modificación y que, por el contrario, ha mejorado la circulación por esas calles.

El objetivo ahora es ir extendiendo la baja de velocidad por el resto de las calles de la ciudad, algo que se irá aplicando de forma gradual y junto con otras políticas de control de tránsito, entre ellas las ya anunciadas cámaras de videovigilancia que deberían empezar a instalarse a fin de mes.

La idea es hacerlo en simultáneo con las cámaras ya que eso nos permitirá bajar la doble fila en algunas calles y la obstaculización en el tránsito. Este ordenamiento es lo que va a garantizar una velocidad constante, que tiene que ser más lenta. Queremos que la inseguridad vial deje de ser una pandemia silenciosa”, añadió Javkin.

Si bien todavía no está en claro por dónde se va a iniciar con este plan para bajar las velocidades máximas, lo más probable que sea en los espacios más transitados por peatones y aquellas arterias que registren los índices de siniestros viales más altos para luego extenderse por toda la ciudad.

La decisión de Javkin de enviar al Concejo esta iniciativa tiene más que ver con que el proyecto tenga el respaldo de los diferentes espacios políticos que con la necesidad de que el recinto lo autorice a tomar esta decisión.

Actualmente la normativa que regula el tránsito vehicular establece que la máxima en avenidas es de 60 Km/h  y en el resto de las calles 40. Pero en el mismo texto se aclara que esto puede ser modificado por una señalización en la vía pública o por los propios agentes de tránsito del municipio. Un ejemplo de esto es lo que ocurre en el bulevar Rondeau donde el carril lateral tiene una máxima de 50 (10 Km/h) y en el central el límite es 70 (10 Km/h más).