Tinder, Happn, Grindr, Bumble. Y la lista de aplicaciones sigue. También redes sociales. Conocer gente en estos días tiene sus particularidades y una característica única: la virtualidad. ¿Qué se busca en estas ‘dating apps’ y cuáles son los resultados?
El tema irrumpió en Dos horas pico (Radio 2) cuando una oyente reveló que descubrió que su pareja había instalado Tinder en su celular. ¿Qué significa? Para saberlo, mejor un especialista en cuestiones del corazón, hoy atravesadas por las pantallas. Para el profesional, la gente se “mete” en estas aplicaciones con un objetivo inconsciente: la búsqueda del amor. “Uno desde que nace intenta reencontrar el amor que tiene en las primeras épocas de la vida. Tiene que encontrarse en uno otro, eso es el amor, hacer soportable la vida”, explicó.
“Tinder –puso como ejemplo– es una herramienta, depende de cómo se utilice, tiene derivados positivos o negativos”, continuó y ante la consulta de si los usuarios realmente quieren amor o solo un ‘touch and go’, aclaró: “Se buscan las dos cosas, la búsqueda del amor es identificarse en otro contra el vacío existencial sobre el cual uno camino. Las apps de encuentros no difieren mucho de la época en la que vivimos, de capitalización de todo, y uno cuando se pone en Tinder o en redes sociales tiende a venderse como mercancía. Hay un capitalismo del yo, una cultura de la mostración”.
En ese sentido, amplió: “Uno no muestra lo que es, sino que uno quiere que el otro vea de uno mismo. La mirada en el otro, verse en los ojos del otro, eso es el amor”.
¿Por qué tiene Tinder si está conmigo?, fue otra de las preguntas, en relación a la experiencia de la oyente. “Los celos son la muestra de la falta de amor y desprecio por sí mismo y el otro. Uno termina objetivando al ser amado como un bien propio, algo a poseer, genera celos que el otro sea deseado. La infidelidad es intrínseca al ser humano, hay que separar el deseo del amor. Uno puede estar enamorado para toda la vida de una persona y así mismo sentir un deseo carnal en el plano de la fantasía o no. Cuando van por el mismo carril es hermoso, el amor y el deseo en el mismo plano”, indicó.
“Las tecnologías nos han acercado y alejado, nos permiten estar en un boliche 24/7, estar conociendo gente todo el tiempo que te permite hablar con una persona, interiorizarte y conocerla en lo real, pero se está escudado en esa tecnología”, advirtió y destacó al respecto: “Antes había cortejo, hoy la atracción pasa más por la imagen, estamos atravesados por una cultura de la imagen muy fuerte”.
Para el profesional, “la cultura del cortejo se perdió e impera una cultura de la imagen”. También, mencionó “el amor líquido” que genera fenómenos como el ‘gosting’ por el cual una persona deja de contactarse con otra de un momento a otro sin ningún problema aparente como causa. “Eso provoca un impacto muy severo en la psiquis, estamos hablando de una palabra como eliminar, desaparecer, que son muy fuertes”, observó.