El presidente Alberto Fernández promulgó la Ley de Cannabis Medicinal y Cáñamo Industrial en un acto realizado el último martes en Casa Rosada. La nueva legislación busca poner en marcha la industria del cannabis para usos medicinal y productivo creando 10 mil puestos de trabajo en la próxima década. “Es otro triunfo de la sociedad contra la hipocresía”, aseguró el mandatario nacional.
"El cannabis era para gran parte de la sociedad una palabra prohibida y de pronto empezamos a escuchar a unas madres que decían que hacía más llevadera la vida a sus hijos con problemas de salud", explicó el jefe de Estado desde el Salón de las Mujeres de Casa de Gobierno, acompañado por el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y referentes del sector, entre ellos representantes de Mamá Cultiva, como Valeria Salech.
Fernández remarcó que la nueva legislación representa un paso importante hacia adelante en materia de salud y creación de empleo: “Detrás de toda esta ley habrá una industria que dé trabajo, que exporte, que traiga dólares y que salve a la gente”.
En este sentido, Salech destacó que la promulgación de esta ley, fruto de un gran consenso y del empuje y el trabajo de varios años de agrupaciones cannábicas, es un punto de partida. “Ahora nos toca trabajar para que sea una ley lo más reparatoria posible para aquellos colectivos que durante todos estos años pusimos el cuerpo y la cabeza por el bien común. Estamos para construir, creemos en la Argentina y en el capital que tenemos”, expresó.
"La lucha por la libertad de la planta de cannabis la empezó el primer militante que fue Manuel Belgrano, en 1797 ya hablaba de la necesidad de producir Cannabis en la Argentina para producir riqueza. Desde 1797 hasta acá, creo que hay muchas personas muy valiosas que han sabido construir esta realidad que hoy estamos viviendo", destacó la fundadora de la ONG autogestiva.
Por su parte, el ministro Kulfas señaló que se trata del “nacimiento de una nueva industria” en el país: “Están absolutamente probadas las capacidades terapéuticas del cannabis y están demostradas, hace siglos ya, las capacidades del cáñamo como un insumo industrial y esta ley trae una respuesta a estas necesidades y crea oportunidades”.
Pablo Fazio, presidente de la Cámara Argentina del Cannabis, en tanto, destacó que se trata de “un día histórico” y pidió “entrar (en el mercado) con mucha decisión, no hay tibieza posible, los desafíos no acabaron, tenemos obstáculos enormes que sortear y precisamos trabajar para derrumbar muchos preconceptos”.
Con la promulgación de la ley, ahora el Gobierno trabaja en la reglamentación y fuentes oficiales estiman que el decreto reglamentario estaría en aproximadamente 90 días.
En qué consiste la ley
El pasado 6 de mayo, la Cámara de Diputados convirtió en ley el proyecto que establece un nuevo marco regulatorio para el cannabis medicinal y cáñamo industrial, con 155 votos afirmativos, 56 negativos y 19 abstenciones. La iniciativa recibió el rechazo de parte de Juntos por el Cambio, la derecha liberal y miembros de otros interbloques.
El potencial económico para el desarrollo de la actividad del cannabis medicinal y el cáñamo industrial para el año 2025 se proyecta en 10 mil nuevos empleos, 500 millones de dólares en ventas al mercado interno anuales y $50 millones de dólares de exportación anuales.
En el mundo existen 50 países con algún tipo de legalización de su uso medicinal e industrial, como Israel, Canadá, y Estados Unidos, líderes a nivel global. Se estima que el mercado internacional proyectó para 2024 la generación de 42.700 millones de dólares, lo equivale a 10 veces superior a una década atrás.
La ley, aprobada por la Cámara de Diputados el 6 de mayo pasado, promueve mecanismos de autorizaciones para los productores y comercializadores, y estrategias de seguridad, fiscalización y trazabilidad en la cadena.
El objetivo es brindar un marco regulatorio para la inversión pública y privada en toda la cadena del cannabis medicinal y complementar la actual legislación, la Ley 27.350, que autoriza el uso terapéutico y paliativo del cannabis. En el caso del cáñamo industrial, apunta a legalizar los eslabones productivos, los de comercialización y sus subproductos.
Entre los beneficios de la legislación para el conjunto de la sociedad está la oferta de este producto medicinal para garantizar mejor acceso a la salud; la creación de puestos de trabajo directo e indirecto; el aumento de las exportaciones; las oportunidades para el desarrollo productivo de varias provincias y la reconversión del sector tabacalero; el desarrollo de nuevos proveedores, tanto desde el desarrollo genético, el agro 4.0, el equipamiento tecnológico y productos fitosanitarios; la creación de nuevos encadenamientos productivos como el cannabis medicinal (farmacéutica, fitoterapéutica, cosmética) y el cáñamo industrial (textiles, papel, alimentos, materiales para la construcción, entre otros).
Además, se creará la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME) la que tendrá entre sus funciones regular, administrar y fiscalizar toda la cadena productiva de cannabis y cáñamo. También la de otorgar y administrar autorizaciones para producción y comercialización, con especial atención a PyMES, cooperativas y economías regionales.