Pasaron 365 días de aquel lunes 12 de octubre del 2020 cuando María Florencia Gómez caminaba, como cualquier otra persona que hace deportes, por un cuadrado de campo ubicado a 1.300 metros de la urbanización de San Jorge, una ciudad perteneciente al departamento San Martín de la provincia de Santa Fe donde, según el último censo, habitan 25.500 personas. Alrededor de las 13.30 -según reveló el celular de la víctima- y en pandemia, Flor quedó incomunicada. El después es un misterio sin resolver. Las primeras hipótesis indican que fue abordada, violentada y asesinada.
¿Qué pasó ese día? ¿Cuál es el nombre del femicida libre que camina las calles de vaya a saber qué ciudad? ¿Cómo le explican a las hijas de Flor, de 3 y 6 años, que su mamá salió a hacer deportes y la mataron? ¿De qué manera sus hermanos y su mamá logran justicia si nadie vio ni escuchó nada? El dolor se agranda cuando las respuestas no aparecen.
En todas las fotos colgadas en la web Flor está sonriendo, levantando el puño en alto, flameando pañuelos verdes, fucsias, blancos. Disfrazada de Juana de Arco o de payasa rodeada de niños en los barrios, en manifestaciones, abrazada a mujeres, sosteniendo toda causa social, gritando justicia, defendiendo -entre muchas otras cosas- el derecho a vivir libres. Tenía 35 años y la esperanza de transformar las realidades de otros. Creía en la política, sentía el calor del feminismo y luchaba contra toda causa que llevara la marca de una injusticia social. Flor era militante comunista y referente local de muchas mujeres.
“Flor era una mina buena, una buena persona. Un personaje. Ella te decía lo que te tenía para decir -y con este recuerdo, Gabriela Gómez, hermana de Florencia, arrastra una sonrisa que puede percibirse detrás de las palabras- si estabas linda, si algo le molestaba. Era muy transparente. Era solidaria, ella ayudaba a todo aquel que lo necesitara, no medía demasiado el peligro”, afirma. Y continúa: “Era cariñosa y una mamá extraordinaria. Una madraza. Dedicada a sus hijas, criándolas con todo el respeto que se merecen y con libertad”.
Según estadísticas obtenidas por distintos observatorios de violencia de género, en Argentina matan a una mujer cada 37 horas. De enero a agosto del 2021 los femicidios llegaban a 158 y al menos 113 niños y niñas quedaron sin su mamá como consecuencia de la violencia machista. Entre ellos se encuentran las hijas de Florencia. Al respecto, Gabriela cuenta que “sus niñas están bien, rodeadas de amor y contención. Hoy no entienden que pasó o porque su mamá no está más acá pero algún día lo van a saber y nuestro trabajo es poder construir en ellas una contención para cuando llegue ese momento”.
Cuando dice "nosotros" se refiere a la familia entera, Gabriela y Diego, la mamá de ambos y organizaciones y amigos que los acompañan a levantar la bandera de "Justicia por Flor" los 12 de cada mes. “El otro día hablábamos con mi hermano sobre este tiempo, fueron 365 días de dolor, ya no somos los mismos. Nos pusimos al hombro esta lucha, no solo por Flor sino por todas. Nadie se merece lo que le pasó a mi hermana. Ninguna familia se merece transitar tanto dolor. Esta lucha no es en vano. Cada 12 tenemos que movilizarnos de alguna manera para visibilizar el pedido de justicia y otras cuestiones de violencia”, afirma Gabriela.
La causa
Mientras una familia resiste, la Justicia intenta determinar qué paso aquella tarde. Por el lugar en el qué sucedió no hay cámaras ni testigos, o al menos que hayan declarado. Hasta el momento se recabaron 34 muestras de sangre para realizar análisis de ADN, pero el femicidio sigue sin ser resuelto. La provincia de Santa Fe, por intermedio del Ministerio de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos ofrece $1.000.000 que serán distribuidos entre quienes aporten datos concretos que ayuden a esclarecer lo que aún después de un año, sigue siendo un misterio para los investigadores. Quien desee aportar algún dato se puede comunicar con la familia mediante redes sociales. En Instagram @justiciaporflorenciagomez, en Facebook Justicia por Florencia o radicando la denuncia en la comisaría de San Jorge.
Una semana atrás, la familia de Florencia se reunió con los fiscales santafesinos pidiéndoles más elementos y herramientas para que Omar De Pedro, fiscal oficial a cargo de investigar el femicidio ocurrido en San Jorge, pueda junto a su equipo avanzar en la causa. Al no estar esclarecido el caso, las hijas de Florencia no pueden acceder a la Ley Brisa. “Es muy injusto que Cami que cumplió 3 años hace poquito no recuerde demasiado a su mamá más que lo que podamos construirle nosotros con videos y fotos. Pero Frida, que tiene 6, la recuerda mucho. Siempre está diciendo cosas que hacía con ella. Eran las dos muy pegadas a su mamá”, agrega Gabriela.
Florencia era la más chica de los tres hermanos. “Nosotros la chicaneábamos y ella se enojaba”, recuerda. “Pero somos muy unidos y teníamos todos una relación hermosa. Tiramos entre todos y eso es lo que nos está salvando en estos tiempos”, agrega para finalizar. Hoy no es un día más en la casa de esa familia unida que Gabriela menciona.
A un año de aquel 12 de octubre los recuerdos dicen presente y la necesidad de esclarecer lo ocurrido se vuelve una urgencia: a Florencia Gómez la mataron por ser mujer. ¿Quién lo hizo? ¿Con qué derecho camina en libertad mientras un pueblo llora a Flor? ¿Hasta cuándo los femicidas podrán atacar y retirarse como si nada hubiera ocurrido? Atrás de las estadísticas hay mujeres que eran madres, hermanas, hijas, amigas y compañeras. Atrás de esas cifras que aumentan mes a mes, había proyectos y anhelos, personas que tenían -entre muchos otros- el derecho de vivir.
Durante todo este 12 de octubre, en distintos puntos de la provincia habrá manifestaciones recordando a Flor de la forma en la que ella lo haría: exigiendo Justicia. Por ella y por todas.