Maximiliano Pullaro y Omar Perotti coincidieron esta semana en señalar que de no entrar Patricia Bullrich o Sergio Massa al balotaje, que son sus primeras opciones, elegirían a Javier Milei. Los dos consideraron necesario ese posicionamiento, aunque por motivos diferentes y de acuerdo a la realidad electoral que enfrenta cada uno.
El guiño de Perotti a Milei, dando entidad a la posibilidad de que el candidato de su partido (Massa) no ingrese al balotaje, lejos de obedecer a la falta de imaginación para responder a una pregunta periodística, fue planificado. Se trató de una apuesta a empatizar con los electores del candidato de La Libertad Avanza, pero sobre todo un intento a último momento por pescar apoyos por afuera del PJ y de los votantes de Sergio Massa.
El segundo paso de esa estrategia es una movida subterránea para levantar la candidatura de Amalia Granata, la tercera en discordia en la competitiva categoría para la Cámara de Diputados y Diputadas. Focus group y encuestas que consumen en la Casa Gris indican que hay un voto cruzado Granata-Pullaro y que incentivarlo es la mejor forma de perjudicar a la lista de que encabeza Clara García para favorecer las chances de un Perotti dificultado de crecer.
Un fugaz video que el viernes apareció en YouTube y que iba en esa línea encendió las alarmas en Unidos. Los equipos de campaña de García y de Pullaro aseguran que la publicación apuntaba a confundir a los electores fue pautada por la firma DIG ASS, cuyo titular es cercano al gobernador y desde 2020 es contratado por la provincia para pautar en redes sociales. El video fue dado de baja rápidamente por no pertenecer a una cuenta verificada, lo que lo convierte en un hecho menor. Para poner la vara en su justa medida, corresponde decir que es un tipo de campaña sucia, falsa o negativa (según el caso) que, con variantes, también se vio en su momento en la interna de Unidos.
Sin embargo Unidos ya tomó nota de esta situación y lanzó una advertencia al gobierno provincial. Abre el paraguas por si en la última semana de campaña llueve barro.
El plan de la oposición es profundizar la idea de que si Pullaro es el futuro gobernador no puede dejarle la Cámara baja a Perotti. Todos los esfuerzos están orientados a que esa lista, con nombres de todos los partidos de Unidos, quede asociada a la figura de Pullaro, pero también a la de Pablo Javkin y el resto de los dirigentes del frente, como Carolina Losada, el PRO, el PDP y, lógico, el socialismo. La cuestión es que de todas las vertientes de Unidos broten votos para la lista de Clara García.
La palmada de Perotti a MIlei le valió el reproche de sectores del peronismo, en especial de aquellos que quedaron relegados en las Paso, aunque no solo de ellos. Rápido de reflejos, Marcelo Lewandowski, se desmarcó: “Ni Bullrich, ni Milei, es con Massa”. Le siguieron los principales referentes de La Corriente que lidera el compañero de fórmula presidencial, Agustín Rossi, pero también el diputado Eduardo Toniolli, a pesar de que la posibilidad del Movimiento Evita de renovar la banca de Lucila de Ponti está directamente vinculada a la suerte electoral de Perotti.
Así de paradójico es el momento del peronismo santafesino. El actual gobernador es lo más a mano para conservar una mínima cuota de poder en un escenario donde la gobernación está camino a perderla, las dos cámaras legislativas en serio riesgo, y las intendencias de las seis ciudades más pobladas cerca de quedar en manos de Unidos.
Además de empatizar con Milei, el gobernador anunció un aumento de 3 mil pesos en el reintegro de Billetera Santa Fe que empezó a correr ayer, 8 días antes de la elección. Si fue con fines electoralistas parece demasiado tarde: hace mucho que en su propio partido le pedían incrementarla, segmentarla, potenciarla. Ni lerdo ni perezoso, Pullaro vio la pelota picando en el área chica y la empujó: avisó que si es gobernador continuará Billetera Santa Fe, el Boleto Educativo Gratuito y el programa Caminos de la Ruralidad.
Antes que Perotti, fue Maximiliano Pullaro el que, preguntado por la periodista de El Tres Almudena Munera Muñoz sobre a quién votaría en un eventual balotaje entre Massa y Milei, soltó una respuesta que ya tenía pensada a favor del libertario.
En las Paso presidenciales del 13 de agosto, en Santa Fe, Juntos por el Cambio sacó 31%, Schiaretti 3,6% y Milei el 35%. Dando por sentado que quienes se inclinaron Bullrich, Larreta y Schiaretti repetirán el voto a Pullaro, el desafío pasan a ser aquellos que optaron por Milei. Al superponer los números de las Paso provincial y nacional se ve claramente que la mayoría de los votantes de Milei en Santa Fe un mes antes habían apoyado a Unidos y a Pullaro en particular: se estima que el 40% de los votantes de Unidos también lo hizo por Milei. Esa es la razón por la que Pullaro se posicionó como lo hizo con respecto a un eventual balotaje. “Maxi tiene que cuidar esos electores”, justifican en su entorno.
Que Pullaro y Perotti no quieran pelearse con los votantes que en la elección nacional, por las razones que sea, optaron por MIlei, no los iguala al candidato presidencial de La Libertad Avanza.
Al margen de la comprensible cuota de pragmatismo que demanda adaptarse a la dinámica de los escenarios electorales, no puede ignorarse que ese juego a la larga potencia la legitimidad de un espacio que postula que “la justicia social es una aberración”, que los órganos humanos y los niños en adopción pueden constituir mercado de libre intercambio, y se propone la liberación de los represores de la dictadura que fueron juzgados en democracia con todas las garantías de la Constitución y las leyes. Ésto último bajo el descabellado argumento de que es lo mismo la violencia ejercida por las organizaciones políticas de los 70 que los delitos cometidos desde el Estado bajo órdenes de represión al margen de la ley, que implicaron cárceles clandestinas, torturas, robos de bienes, ejecuciones, violaciones, desapariciones de cuerpos, robos de bebés y supresión de identidades.
No es justo pedirle a un candidato que confronte contra la voluntad popular en contra de sus propios intereses, o que evite mostrarse comprensivo con quienes eligieron por fuera de la grieta. El pragmatismo es un elemento esencial de las campañas electorales y de la política, pero tampoco es necesario fortalecer a Milei en su aventura de difuminar los preceptos básicos de la democracia recuperada, porque, al revés del dicho, cuando todos los gatos son pardos, se viene la noche.
Javkin versus Monteverde
Pablo Javkin y Juan Monteverde tienen por delante una semana de dientes apretados. Protagonistas de una elección mano a mano, inédita para la ciudad, están condenados a buscar votos hasta último momento.
Las cartas de ambos ya están sobre la mesa. El intendente apuesta a que se le renueve el mandato para poder gobernar en condiciones normales y con el respaldo de un gobierno provincial del mismo espacio político. No es el jefe político de la ciudad que soñaba ser al cabo de cuatro años. Las duras circunstancias por un lado, y las características de la gestión que eligió por el otro, no se lo permitieron. Sin embargo, a la hora de las urnas llega más aliviado, apuntalado por un frente electoral potente, con futuro, inercia victoriosa y figuras que le suman volumen y competitividad.
No es un dato menor la intensa ofensiva oficialista para que se amplifique sobre la alianza electoral que Ciudad Futura comparte con el peronismo. Lo que corresponde es lo que hizo el intendente en el debate de El Tres, enunciando por boca propia aquello que considera cuestionable o criticable de su adversario y su propuesta.
Un aspecto que Javkin busca hacer pesar a su favor es el de la experiencia de gestión, el día a día de estos cuatros años, como contracara de la inexperiencia de Monteverde, aspecto que le permitió aventajarlo en el debate televisivo, a partir de propuestas del candidato opositor que pueden interpretarse que pecan de ambiciosas en una ciudad que está sobregirada por falta de recursos económicos y urgida de problemas muy básicos sin resolver.
La carta de Juan Monteverde es la del cambio. Es un candidato de perfil y partido novedoso; de hecho lo más novedoso que dio la política rosarina después de la irrupción del Partido Socialista con sus políticas de reforma del Estado de los 90, disruptivas y contracíclicas del reformismo neoliberal de Menem-Cavallo.
Novedoso no es sinónimo de lo mejor, eso es lo que va a definir la ciudad el domingo próximo cuando elija entre Javkin y Monteverde. Entre un dirigente político de larga trayectoria y experiencia, y el emergente político-electoral de una fuerza que a pesar de que lleva varios años en el Concejo Municipal transitó un proceso de maduración acelerado, que alivia la carga ideológica sobre los problemas de resolución esencial y a la que de pronto los círculos de poder, entre ellos empresarios de los principales rubros de la economía, le abren las puertas de sus organizaciones para conocerlos y escuchar sus propuestas. “¿Por qué recién ahora?”, le preguntaron a la concejala Caren Tepp. “Porque antes nadie nos daba bola, no nos prestaban atención”, se sinceró.
“No representamos ni a la izquierda ni a la derecha, ni al peronismo ni al antiperonismo. Expresamos a toda la gente que la política dejó de escuchar hace mucho tiempo”, afirma Monteverde en clave epocal. Con otra construcción retórica, también Monteverde avisa a los rosarinos que no es asunto suyo a quién voten a la gobernación o a la presidencia. Todos son bienvenidos y él está dispuesto a interactuar con quien le toque.