El intendente Pablo Javkin -a decir verdad, la ciudad toda- espera que la tercera sea la vencida. Que después de dos presidentes que fallaron en su compromiso para reformar el Monumento a la Bandera, Alberto Fernández finalmente concrete la emblemática obra. En su última visita, el Jefe de Estado firmó un convenio para destinar $600 millones, pero a la fecha no se concretó el correspondiente llamado a licitación. ¿Qué pasó en estos años para que el proyecto, anunciado por Cristina Fernández y ratificado por Mauricio Macri, nunca termine de arrancar?
El 20 de junio de 2015, minutos antes que la actual vicepresidenta suba al escenario para hablar en cadena nacional, se comunicó por altoparlantes la decisión de destinar $58 millones para la reforma del Monumento. La por entonces intendenta Mónica Fein precisó luego que los trabajos demandarían unos 18 meses, lo que permitiría cortar cintas en ocasión del 60° aniversario de la construcción inaugurada en 1957.
El proyecto obtuvo aval en el marco de los programas que por entonces tenía vigente el Ministerio de Planificación Federal, pero cayó en saco roto cuando a los pocos meses asumió la presidencia Mauricio Macri. "Nos lo hicieron volver a presentar", rememoró Fein en diálogo con Rosario3, quien no imaginaba por ese entonces el largo derrotero que tendría la obra.
Amén del contratiempo inicial, el municipio logró eco en Casa Rosada y para septiembre de 2016 se conoció el resultado del llamado a licitación para "la mayor intervención en la historia del Monumento", según se consignó oficialmente. La obra tenía un presupuesto oficial de $134,6 millones, pero la propuesta ganadora estuvo un 10% arriba. Con una oferta por $148 millones, la firma porteña Creaurban SA se quedó con el contrato, que pagaría Nación en un 70% y la Intendencia en el 30% restante.
Las polémicas no se hicieron esperar. Aunque al tiempo cambiaría de manos, la empresa que iba a realizar las tareas pertenecía a Angelo Calcaterra, primo de Macri. Según consideraron funcionarios locales consultados para esta nota, ese particular no generó mayores problemas pero agregó un ruido que "no sumó".
Antes que la relación directa con la familia presidencial, lo que no terminó de convencer a las autoridades fue que se trate de una compañía radicada fuera de Santa Fe. "Con una local tenés una relación mucho más directa, pero a decir verdad, no le podemos echar toda la culpa a la empresa. Lo que más deterioró la relación fueron las dificultades en los pagos", recordó el ex secretario de Obras Públicas Raúl Álvarez.
Los trabajos tuvieron inicio formal el 18 de febrero de 2017. Durante todo ese año avanzaron a buen ritmo, pero al siguiente comenzaron los problemas. “Pasaron cosas”, como dijo en una célebre entrevista Macri, que no hablaba del Monumento sino de la economía argentina, que entró en crisis a partir de abril de 2018. El último certificado que se pagó en tiempo y forma fue el de mayo: luego empezaron los problemas. Para ese momento, la inspección informaba un avance del 33%, cuando por contrato debía ser por lo menos el doble.
Durante el segundo semestre de 2018, Álvarez viajó varias veces a Buenos Aires, en días en que el ex ministro de Economía Nicolás Dujovne ejecutaba un fuerte recorte del gasto público. Al funcionario municipal no le quedó otra que convenir una reducción del convenio, que achicó exactamente al 50% los compromisos.
“El monto original financiado por la Nación fue de $103.280.163,22. Luego se realizó una adenda al convenio por un balance economías y demasías con una reducción del monto a financiar por Nación de $51.479.944,50 a valores básicos”, precisaron desde Nación ante una consulta de acceso a información pública realizada por Rosario3, cuya respuesta especificó qué fue lo que quedó en pie: “Las tareas a continuar fueron aquellas consideradas esenciales para el mantenimiento estructural del Monumento, garantizando las soluciones estructurales básicas en aquellas áreas donde transitan las personas y separando aquellas específicas de restauro que requieren lineamientos especiales”, agregaron.
Al ser el 2019 un año de elecciones había esperanza que las obras estipuladas se concluyan, pero ni eso. La permanencia del obrador y el vallado era el fiel reflejo de que la remodelación “no tuvo la jerarquización que debería haber tenido”, según graficó Fein, que no dudó en señalar que “esto en el Obelisco no hubiera pasado”.
La gestión que encabezó la actual presidenta del Partido Socialista no quiso firmar el final de obra que la empresa reclamaba. “Lo pidieron pero nosotros cuestionamos la terminación y la calidad de los trabajos”, explicó Raúl Álvarez, que le dejó la tarea a su sucesor, el ingeniero José Luis Conde.
El acta de rescisión del contrato se rubricó finalmente el 30 de diciembre de 2020, mediante un convenio que quedó registrado bajo el número 158. Según consta en el último certificado, el avance acumulado llegó al 92,23%. Teniendo en cuenta que ese cálculo se hizo sobre la mitad del proyecto original, bien puede concluirse que de las tareas planificadas sólo se completó el 46,11%.
¿La vencida?
Durante la última visita del presidente Alberto Fernández se firmó un nuevo documento, difundido públicamente como “Financiamiento de la Segunda Etapa de la obra de Restauración del Monumento a la Bandera”, por el que Nación se comprometió a reservar partidas por $600 millones.
Si bien el anuncio no se acompañó con mayores precisiones, este medio accedió a la carpeta enviada por la Intendencia, donde se detallan los trabajos a contemplar para la futura licitación. Se propone un plan de 10 frentes de trabajo, que incluyen desde iluminación exterior hasta la concreción de la Sala de las Provincias, un viejo anhelo del arquitecto Ángel Guido.
En la siguiente infografía puede observarse el detalle de la propuesta: