En una calurosa jornada semanal, el restaurador de la Fuente de los Españoles, Gustavo Berton, y el secretario de Obras Públicas municipal, José Manuel Ferrer, abrieron la nueva reja que rodea en desnivel el perímetro de la majestuosa fuente terminada en el parque Independencia. Es la cuenta regresiva para su flamante inauguración, que será este domingo con todas las pompas, desde las 16.30 con dos escenarios, música, food trucks y danzas ibéricas. A partir de entonces, sus aguas volverán a correr luego de 27 años.

Desde lejos se aprecia el pilón central con su vistoso color azul Francia. En cambio, a pocos metros, se puede ver la prolijidad pictórica en cada mayólica de este manantial andaluz, el cual es rodeado por cuatro bancos con dibujos de varias regiones ibéricas en sus respaldos, con columnas y copas a sus costados. Dentro de su forma hexagonal, cuatro leones (emblema del escudo español) vuelven ahora a relucir igual que hace 100 años. Estos custodian la fuente hacia los cuatro puntos cardinales. Y en su centro, abrazados al pilón, se emplazan dos efebos (esculturas de jóvenes griegos) con colas de sirenas y dos delfines de expresiones carnavalescas.

Todas estas figuras emulan a las piezas originales, y fue la familia Fantoni la encargada de replicarlas con paciencia y trabajo de hormiga. Unieron los fragmentos que eran resguardados en el Museo de la Ciudad, como en un rompecabezas patrimonial. Hace años que las piezas originales fueron vandalizadas, robadas o destruidas.

Nanni Fantoni pintando detalles del pilón en enero pasado, cuando comenzaron las tareas de restauración. (Alan Monzón/Rosario3)

La Fuente de los Españoles es la más grande por fuera de la península ibérica, y su esplendor de antaño se refleja en la retina de quien se acerque. Tiene 18 metros de diámetro y seis de alto. El reconocido ceramista español de Talavera de la Reina, Juan Ruiz de Luna la diseñó a pedido de la comunidad española, como un presente a la ciudad en su bicentenario, en 1925. “Ruiz de Luna fue quien estuvo a cargo de esta obra desarrollada por los árabes en la península ibérica, con influencia italiana en el segundo Renacimiento español”, señaló Berton, quien a lo largo de estos diez meses fue director técnico de la albañilería y la restauración.

La familia Fantoni terminó la obra el 24 de septiembre pasado, y desde entonces, Gustavo Berton se ocupó de custodiar la fuente, celoso de que no se arruine un ápice de sus ocho mil piezas restauradas. Durante este mes abrió las rejas para el desmontaje del enrejado interno y del techo que velaba sobre toda la obra desde 2017, año en que comenzaron los varios intentos fallidos de refacciones.

La de los Españoles es una fuente "superviviente". Ha sufrido los embates climáticos a lo largo de los años, el poco mantenimiento, dos principios de incendios por parte de personas en situación de calle que se guarecieron entre sus mosaicos, y los destrozos por los festejos de la hinchada de Gimnasia y Esgrima un año atrás, en su triunfo que dejó a Colón de Santa Fe fuera de competencia, en la cancha de Newell's Old Boys.

Comparativa de la fuente en su estado previo a la obra, antes de su cerramento en 2017, y ahora tras su obra terminada.

En diálogo con Rosario3, Berton y Ferrer se mostraron con la satisfacción de la tarea cumplida a término y con la expectativa de que la preciada fuente recupere su espíritu como centro de atracción como cien años atrás, cuando “era de referencia social dentro del parque Independencia por su bucólico entorno, junto a las perfumadas flores del Rosedal, donde las familias hacían picnic y los pícaros niños jugaban alrededor”, precisó el secretario de Obras Públicas.

En ese entonces, un guardaparques era el celador del patrimonio cultural. Ahora, con las nuevas tecnologías y la conciencia sobre su valor patrimonial, la renovada fuente será preservada de varias formas: con luces nocturnas, el nuevo enrejado, y será vigilada con una cámara municipal y un sistema de alarmas. Su mantenimiento permanente estará a cargo de la Dirección de Restauración municipal, que depende de la Secretaría de Obras Públicas.

Gustavo Berton, miembro de la familia Fantoni y director de la obra, junto al secretario de Obras Públicas, Juan Manuel Ferrer. (Alan Monzón)

En diciembre de 2022 el contrato licitatorio fue incumplido por la constructora Melting, y luego de que no hubo oferentes para la licitación, quedó desierta. El grupo Fantoni oficiaba de subcontratista de la empresa rescindida. "Tuvimos una licitación desierta, pero decidimos contratar al grupo Fantoni, que son los idóneos en el oficio de la restauración, que ya trabajaron en la obra, pero sobre todo porque son rosarinos", explicó Juan Manuel Ferrer, quien luego destacó que la inversión municipal fue de 680 millones de pesos desde la primera licitación a la fecha. Y por su parte, el club Gimnasia y Esgrima se hizo cargo del costo de lo dañado, que fueron 2.864.000 pesos, "que ya pagó en tiempo y forma".

El funcionario expresó su anhelo de que “el domingo en la inauguración, además de muchas familias, asistan personas mayores, porque la fuente es un ícono de encuentros sociales en los años 40, y muchos de ellos se acercaron durante la obra para agradecer su puesta de nuevo en funciones”.

Registro de la inauguración de la fuente en 1925, en el bicentenario de la ciudad.

El oficio de cuatro siglos y los detalles de su arte


 

Berton compartió a este medio la experiencia de esta empresa familiar que lleva tres generaciones con decenas de reparaciones en Rosario y otras ciudades del país, como los vitrales de la catedral de Rosario y los de la Legislatura de Santa Fe, o las estructuras edilicias del palacio Fuentes y el museo Estévez.

El grupo Fantoni se compone de Gustavo Berton (que es arquitecto, restaurador y técnico electrónico), su mamá Bernardetta y su tío Nanni Fantoni, su pareja Paola Patiño, su primo Luciano Stagni y varios amigos que dieron una mano. “Mi madre de 77 años y mi tío de 73 son buenos dibujantes, tienen muy buen trazo. Los bancos los pintaron a mano alzada, en pleno invierno y durante horas en el parque”, destacó orgulloso.

Tienen su taller familiar en el barrio Sarmiento, pero armaron “un taller móvil” en su camioneta para contar con todas las herramientas necesarias cada vez que trabajaban in situ junto a la fuente.

Las mayólicas nuevas replicaron las figuras y colores de las originales, y es visible el trazo en ambos casos. (Alan Monzón)

La fuente se compone de ocho mil mayólicas, entre las planas y las de volumen. Fue pintada con acrílicos, barnices y lacas poliuretánicas resistentes al clima. Y sobre las esculturas, que debieron crear a nuevo, Berton recordó: “De los efebos teníamos una sola cabeza. A uno le faltaba el brazo derecho y al otro el izquierdo, por lo que replicamos cada una de esas figuras. Los leones estaban en unas cajas, repartidos en pedazos. Con lo que encontramos pudimos armar un león entero, y fue con ese que pudimos crear el molde para los otros tres. Fueron armados con cemento para que sean resistentes”.

Los hermanos Fantoni son hijos de Giuseppe Fantoni, un joven inmigrante de Bologna que escapó de la Segunda Guerra “perseguido por ser artista”, quien trajo el oficio de restaurador junto a sus nueve hermanos. Según recordó su nieto, la de los Fantoni es una tradición familiar que lleva siglos desde Italia: “Lo que sabemos es que el taller allá data del 1600, con reminiscencias del 1400 en la cuestión edilicia del Ayuntamiento de Bologna con la firma de los Fantoni. Pero no tengo mucho registro sobre eso”.

Un paisaje de una de las cuatro regiones representadas en los bancos que rodean la fuente. (Alan Monzón/Rosario3)

Las nuevas aguas danzantes 


 

Muchos piensan que el oficio de restaurar es hacer un arreglo muy simple, pero es un trabajo inmenso que conlleva moldear, diseñar, cortar, manipular químicos, hornear, dibujar a mano alzada sobre el cerámico ya instalado con un pulso milimétrico. A eso se suma, en el caso de la Fuente de los Españoles, la parte técnica e hidráulica que fue diseñada e instalada para la circulación del agua.

Para que la fuente vuelva a su esplendor, solo resta el encendido de su sistema hidráulico, que a partir de este domingo comenzará a funcionar gracias a la cisterna y dos bombas que fueron instaladas, las cuales funcionarán alternadamente.

El surtidor del pilón es el corazón de la fuente, el cual en los primeros días del comienzo de la refacción en enero pasado, Juan Augusto "Nanni" Fantoni comenzaba a repasar a mano alzada sus ornamentos dorados, anaranjados y verdes. "Volverá a lanzar agua después de 27 años. Y ahora tendrá más chorros: en su base el agua saldrá de unos rostros con forma de soles (conocidos como sátiros), y también saldrá de otros 12 puntos en las paredes de cada uno de sus seis lados, que fueron agregados al diseño original”, precisó el director de la restauración.

Los efebos fueron reconstruidos de cero desde enero pasado: con una cabeza se realizó réplica de la otra.(Alan Monzón)

El sistema hidráulico fue instalado de manera completa, con sistema de cañería y desagües, así como también un sistema eléctrico para los focos que iluminarán la fuente por la noche.

Afortunadamente, ahora se utilizan materiales de construcción modernos para ganar rigidez, “pero la técnica artesanal es la misma que la utilizada por Ruiz de Luna cien años atrás. No es reemplazable por ninguna impresora 3D”, agregó el funcionario Ferrer.

Las palabras no son suficientes para describir una obra de este nivel de trabajo artesanal. “Su creador Ruiz de Luna, hizo uno de los efebos cinco veces porque no le gustaba cómo le salían, y los rompía”, aseguró Berton en torno al dificultoso trabajo que conlleva cada pieza de esta fuente renovada que ya es parte del patrimonio rosarino.