“Santiago del Estero es un muy buen ejemplo de esos orígenes y de su estudio contemporáneo en las aulas de historia, folklore y estudios culturales, desde el nivel primario a la universidad“, sostuvo Tasso en una entrevista.
El sociólogo, escritor y doctor en historia detalló que tres son las “principales raíces o vertientes” de la Argentina: “los pueblos originarios, la conquista hispano-lusitana del período colonial que trajo africanos esclavizados, y la inmigración europea y oriental del período independiente”.
Sobre el decreto 1.584 firmado por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que modificó lo que antes se llamaba Día de la Raza, Tasso opinó que “fue un cambio acertado, de gran importancia ideológica y política”, ya que “opuso al de los dominadores el discurso de los dominados y rebeldes y permitió avanzar en el conocimiento de una historia negada”.
En ese sentido remarcó que “en el último siglo y medio se han hecho notables avances, que provienen tanto del pensamiento y la investigación como de los movimientos sociales y políticos”.
“El pasado arqueológico, la lengua quichua, la canción y la música popular, las creencias y costumbres indo-campesinas, son algunos de los temas que figuran en la agenda educativa de hoy”, añadió.
Y agregó que “también se ha avanzado en el reconocimiento de religiones, géneros y minorías, pero es mucho lo que aún falta hacer, pues se trata de desmontar mecanismos patriarcales y coloniales de larga data”.
También sostuvo que “las sociedades crecen por agregación de pueblos que buscan sus recursos naturales y humanos, de los que se aprovechan mediante el dominio militar o político, que también supone el de su cultura, tales como lengua e instituciones”.
“Para nuestros pueblos, que la vivieron, la diversidad cultural permite recuperar un pasado que les fue ocultado, y que hoy nos permite apreciar la mirada de nuestro tiempo”, manifestó.
Es así que sentenció que “la rígida estructura de clases de otros tiempos está siendo gradualmente reemplazada por la de una sociedad plural, más comunicada y fluyente”.
A la vez, dijo que como pueblo se puede colaborar para que la diversidad cultural no se pierda y “lo primero es recuperarla en nuestra memoria familiar, pues la biografía alimenta a la historia y ayuda a entenderla. Ya fueran nativos, africanos, criollos o extranjeros, nuestros antecesores se inscriben en el marco más amplio de la región, la provincia y la nación; nos ayudan a entender su economía, sus costumbres y forma de vivir, con un detalle que no está en los libros de historia”.
“Luego es bueno informarnos sobre los derechos ciudadanos y la larga lucha de los pueblos americanos para conquistarlos y defenderlos“, concluyó.