Un grupo de estudiantes de 5° y 6° año de la Escuela Técnica Nº 3 de Pirané de la provincia de Formosa, junto al profesor de Física Rubén Asselborn, recibieron un premio por «el mejor equipo del país en la construcción, integración y validación» de un picosatélite suborbital, pensado para tener información en tiempo real de los incendios forestales, informaron autoridades de la institución.
La competencia Cansat fue organizada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE).
Equipos participantes
Los equipos que participaron fueron el «Caelus», de la Escuela Técnica N°9 D.E 7 Ing. Luis A. Huergo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; «electroSix», del Instituto Técnico San José de la provincia de Córdoba; «gVIE», del Instituto Técnico Salesiano Villada de Córdoba; «MERAKI», de la Escuela Provincial de Educación Técnica N° 3 de Formosa; y «Ad Astra», de la Escuela Provincial de Educación Técnica N° 18 de Misiones.
En diálogo con Télam, Asselborn contó que el «sueño empezó cuando el papá de Agustina González, miembro del equipo, escuchó la noticia y trajo la idea a la escuela, se conformó un grupo, le pidieron permiso al director y me eligieron para acompañar al grupo, fue maravilloso».
Desde ahí, se conformó el equipo MERAKI con los alumnos Ricardo Martínez de 5to año, Agustina González de 6to año, Gerónimo Sosa de 5to año, Camila Farías y Alexis Peloso ambos de 6to año, todos de doble turno.
Con respecto a lo que tenían que hacer, explicó que se trataba de «una carga útil, que es el cerebro de un satélite con una misión primaria, que así lo denominó la gente del certamen, que sea capaz de medir presión y temperatura en distintas altitudes, y una misión secundaria con tres condiciones, ser relevante, ser viable y ser pertinente a la actividad espacial».
Pensar en los incendios forestales
«Vimos con los chicos que en nuestras zonas tenemos muchos incendios forestales, se pierden ganados, campos y demás y nuestros bomberos no cuentan con información con información crítica en el tiempo real, hay información pero con una demora de 24 horas», relató.
«Entonces nuestro satélite lo que iba a hacer como misión secundaria es medir particulado de CO2, para el caso de que no sea muy intenso el incendio determinar la gravedad del mismo, en función de la altura sacar fotos para dar a los bomberos y medir el porcentual de humedad, toda esa información se iba a desarrollar en el núcleo del nano satélite y se iba a transmitir a una estación terrestre portátil que la iban a tener los bomberos en la autobomba», explicó Asselborn.
«Ambas cosas, la misión primaria y secundaria la desarrollamos correctamente y también desarrollamos la estación terrena, cumplimos todo», enfatizó.
La práctica
Respecto de la misión, indicó que «la carga la poníamos dentro de un cohete, se eyectaba la cabeza del cohete luego la carga útil que iba a bajar con un sistema de descenso controlado y guiado para ir tomando todos los datos. Medir particulado de CO2, para el caso de que no sea muy intenso el incendio determinar la gravedad del mismo, en función de la altura sacar fotos para dar a los bomberos y medir el porcentual de humedad y registrar en la estación terrena».
Se lanzaron los satélites
La actividad tuvo su broche de oro el 1 de noviembre en las instalaciones del Centro Espacial Teófilo Tabanera, en Falda del Cañete, Córdoba, donde se lanzaron los cinco satélites con la presencia del ministro de Ciencia, Daniel Filmus, y el director ejecutivo y técnico de la CONAE, Raúl Kulichevsky.
«Aprendimos mucho», reflexionó el docente, «fue un viaje de mucho trabajo y los chicos estuvieron a la altura, aprendimos cosas que ni soñábamos aprender, trabajamos durante más de 5 semanas durante 12 a 15 horas sin parar, por eso agradecemos a quienes nos acompañaron en especial a este grupo de chicos que son maravillosos».