Melina Ignazzi se define a sí misma como “políticamente incorrecta” y eso se ve reflejado tanto en su forma de trabajo como en el libro que publicó, el cual brinda una mirada original respecto a la inclusión de tecnología en las aulas.
Hace diez años que es profesora de inglés en escuelas públicas de Buenos Aires, y en ese tiempo se formó y se especializó en tecnología educativa, aplicando en sus clases lo que iba aprendiendo. Enfrentándose a realidades adversas como la falta de recursos y de capacitación, fue descubriendo una manera original de “integrar la tecnología de manera genuina”.
La tecnología que rompe
En 2018 publicó el libro PolíTICamente Incorrecto, en un juego de letras donde refuerza la importancia de la incorporación de TICs en las aulas como forma de romper con la didáctica clásica.
“El nombre del libro tiene que ver con esta visión que tenemos los tecnólogos educativos de romper el paradigma actual de la escuela. Si seguimos con la didáctica clásica estamos siendo políticamente correctos. La tecnología que viene a romper con todo eso, a buscar un cambio de paradigma y formas alternativas de enseñar y aprender”, comenzó diciendo Melina Ignazzi, que además de profesora es licenciada en Educación y magister en Tecnología Educativa de la UBA.
En el libro, la especialista sostiene que hay dejar de lado los prejuicios, los miedos y los mitos sobre la tecnología, y conformar una nueva pedagogía, una que las contemple en nuestras planificaciones, que las integre en nuestras propuestas y que las transforme en medios para generar nuevos aprendizajes, que vayan más allá de los contenidos que nuestras materias impartan.
“A pesar de todo, de la falta de recursos, de la motivación, hay que ir en contra de todo eso y ser políticamente incorrectos con la tecnología”, enfatizó Ignazzi, quien en 2019 recibió el Global Teacher Award winner, uno de los premios más importantes de educación a nivel mundial.
Hablar el mismo lenguaje
El libro propone una crítica constructiva a los programas de inclusión de tecnología, como el Conectar Igualdad, que si bien, como dice la especialista, su política es acertada, su implementación falló: “Se llenaron las escuelas de netbooks con la idea de que las TICs iban a solucionar todo, pero no funcionó. La tecnología no es la panacea de todos los males. Se requieren otras cuestiones”.
“Integrar tecnología consiste en tener los recursos materiales, pero también que haya capacitación. No implica solamente cambiar la hoja de papel por el Word. Es buscar hablar el mismo lenguaje de los chicos, el de la tecnología. El docente y el sistema educativo se tienen que adaptar a las nuevas subjetividades que llegan a la escuela”, continuó explicando.
La autora del libro resaltó que la tecnología es una de las variantes del cambio, también se pueden incorporar otras formas de aprendizaje: “Yo soy mucho de lo lúdico, trabajo con juegos de mesa hechos especialmente para la clase. Las nuevas subjetividades están más acostumbradas a jugar que las generaciones pasadas”, contó.
Los mitos de la tecnología
En su libro, Melina explica que si bien muchos docentes consideran que su tarea debe limitarse a la transmisión de los contenidos de cada asignatura, hoy el conocimiento radica en otros lugares, en otras fuentes a las que los estudiantes, cualquiera sea su edad, pueden acceder de manera fácil, instantánea.
“Es un mito creer que la tecnología por sí sola va a revolucionar todo. Hay profes que creen que porque les hacen hacer un Power Point, están incorporando tecnología”, expuso la tecnóloga educativa.
“El otro mito es el del nativo digital, pensar que son todos los chicos son nativos digitales. Los chicos saben usar Instagram para sacarse una selfie pero después no saben adjuntar un archivo para mandar un mail. Es un analfabetismo digital total que existe en muchos de ellos”, agregó.
Según la especialista, nuestra tarea debería ser, entonces, la de enseñar qué hacer con ese conocimiento, a aprender haciendo, a enseñar el cómo y no el qué; y generar en los jóvenes nuevos aprendizajes, que los ayuden a formarse como lo que son, ciudadanos de una sociedad 3.0.
“Mi sugerencia para los docentes es por un lado, capacitarse. No significa hacer una maestría, sino ver videos de You Tube. Otro consejo es nunca partir de la herramienta. Muchos dicen ´tengo esta herramienta´ y ven qué hacen después. Hay que ir al revés. Hay que decir ´mi propuesta es esta´ y pensar cómo puedo incorporar tecnología ahí”, dijo Ignazzi.
Otro punto que destacó la especialista es generar más diálogo en la clase: “Es importante consultar a los chicos. Les contás cuál es tu propuesta de trabajo y que ellos elijan el tema. Hay que hablar con ellos, saber qué les motiva. Es importante que ellos tengan voz, ese es el cambio de paradigma”.