A dos horas del comienzo de la final entre Argentina y Colombia por la Copa América, se registraron incidentes entre grupos de hinchas y la Policía en uno de los accesos al Hard Rock Stadium de Miami, a donde algunos simpatizantes de ambos países, pero en su gran mayoría cafeteros, quisieron colarse sin entradas. La seguridad cerró los ingresos, miles de personas no habían podido entrar y una gran cantidad permaneció en las afueras sin tickets. Por eso, la Conmebol postergó el inicio del encuentro para las 22.20 de Argentina.
Los incidentes comenzaron pasadas las cinco de la tarde (de Miami) y el epicentro del descontrol fue la puerta sudoeste, precisó Clarín. Intentaron primero filtrarse por la zona de acceso de los periodistas acreditados y después comenzaron a trepar las vallas.
Eso obligó a que se accionara el fuerte operativo de seguridad desplegado por las autoridades policiales de Miami y que se procediera a una serie de detenciones, amplió el diario argentino en su cobertura.
Fue por eso que los organizadores decidieron cerrar los accesos al estadio durante unos 45 minutos, una situación que provocó demoras y enojo entre miles de hinchas que aguardaban poder ingresar a las tribunas bajo un intenso calor.
Sin embargo, lo que en un principio fue un cierre transitorio se extendió y a media hora del comienzo del encuentro, fijado originalmente para las 21, había miles de personas fuera de la cancha, muchas con tickets pero también una gran cantidad sin.
Por los incidentes y las demoras, la Conmebol informó que la final empezaría media hora después del horario pautado, es decir a las 21.30 de Argentina. No obstante, luego se volvió a correr para las 21.45 y un segundo cambio lo dispuso para las 22.20.
"Una locura, después se quejan de Argentina. Nos estamos equivocando, vivimos el fútbol de otra forma, no somos Europa", relató un simpatizante argentino en TyC Sports, tras acceder al estadio. Estaban junto a un niño que expresó, entre lágrimas: "Me estaban empujando y me pegaron un codazo".
Los testimonios con quejas y descontento de la gente que fue al estadio se multiplicaron en los minutos posteriores al pico máximo de caos, que incluyó corridas, enfrentamiento de simpatizantes con agentes policiales, personas desmayadas por el estrés de la situación y el calor agobiante, además de numerosos detenidos.
Los incidentes en el ingreso al estadio y la posterior decisión de la organización de modificar la hora de inicio de la final no solo alteró los planes para quienes fueron a ver el encuentro, sino que también generó fastidio en los planteles, que ya estaban en el campo de juego para realizar la entrada en calor.
De hecho, los arqueros argentinos, con Dibu Martínez a la cabeza y los suplentes Gerónimo Rulli y Franco Armani, tuvieron que frenar los ejercicios y fueron a sentarse al banco, primero, y luego se dirigieron a los vestuarios con el resto de los jugadores del plantel, al igual que hicieron los de Colombia.
Tras reuniones y deliberaciones entre los organizadores, cerca de las 21.40 los futbolistas regresaron al campo para reiniciar la entrada en calor luego de permanecer durante más de 45 minutos en los camarines, a la espera de que se resuelvan los inconvenientes y pueda completarse el acceso de los hinchas a las tribunas del Hard Rock.
En medio del caos desatado en las afueras del estadio, algunos jugadores de Argentina manifestaron que sus familias no habían podido entrar. Fue el caso, entre otros, de Alexis Mac Allister, quien debió intervenir para permitir que entren sus allegados.