Detrás de los resultados, a veces exitosos y otras tantas negativos, hay historias. Algunas, que muestran cuánto se deja de lado para ir en busca de un sueño. El rosarino Sebastián Solé, integrante de la selección argentina de vóley que se metió en semifinales, agradeció enfáticamente hoy tras la victoria a su familia y en especial a su suegra por el apoyo brindado en los meses previos a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. En esa simple declaración asoma una situación particular.
Sebastián, apodado "Nene malo" en las transmisiones de Tyc Sports, fue papá por segunda vez el 20 de junio, días antes del viaje a Tokio por los Juegos Olímpicos. Fue cuando nació Santiago Manuel, el segundo hijo del rosarino de barrio Triángulo.
Santiago llegó en plena competencia también, ya que Argentina en ese momento estaba participando de la Liga de Naciones, por lo que Solé interrumpió la gira para poder viajar a Perugia para conocer a su hijo. E inmediatamente días después, emprendió el regreso para sumarse nuevamente a la selección.
La llegada de Santiago generó alegría, pero previamente hubo complicaciones con el embarazo. Stefanía, esposa de Sebastián, incluso tuvo que ser internada. En ese marco, la mamá de ella viajó hace siete meses para acompañarla y para permitir que Solé pueda prepararse para los Juegos Olímpicos.
"Solo queríamos que Seba esté con la cabeza en Tokio", dijo Stefanía en diálogo con Rosario3.
Por ese motivo, Solé hoy recordó después de la histórica victoria ante Italia por los cuartos de final a su familia Solé-Zanni y especialmente a su suegra, quienes posibilitaron que pueda estar en los Juegos Olímpicos, donde ahora hace historia a lo grande.
Argentina enfrentará el próximo jueves a Francia, que eliminó 3 a 2 a Polonia, uno de los favoritos. Es la tercera vez en su historia que llega hasta esta instancia.