Alan Aguerre: 6. Con 3 o 4 atajadas hizo que el resultado no sea más catastrófico para Newell’s.
Facundo Nadalin: 1. Luciano Ferreyra se hizo un festival cada vez que lo encaró. Toda responsabilidad de Burgos porque el lateral no había hecho ningún mérito para jugar este clásico.
Cristian Lema: 2. Más allá de uno que otro cabezazo, llegó siempre tarde a los cruces y a las marcas.
Yonathan Cabral: 1. Fue una invitación a los ataques de Central. Una puerta siempre abierta para quien tuviera ganas de quedar mano a mano con Aguerre.
Franco Negri: 3. Empezó bien el partido, con un buen remate que contuvo Broun, pero después desapareció de las acciones.
Jerónimo Cacciabue: 2. Perdió todos los duelos y casi no se notó en el desarrollo del juego.
Pablo Pérez: 3. Hizo lo que pudo hasta que Central empezó a tocar la pelota, entró en su habitual nerviosismo y el técnico lo sacó para evitar la roja.
Juan Sforza: 3. El técnico lo confundió, como a todo el equipo. Más allá de lo mal que jugó el chico, que terminó de extremo por izquierda, toda la responsabilidad es del entrenador.
Diego Calcaterra: 3. Lo mismo que el resto de sus compañeros, confundido y a contramano todo el tiempo por el desconcierto del técnico.
Luciano Cingolani: 5. El único que estuvo a la altura junto a Aguerre, porque a pesar de las dificultades se las ingenió para inquietar a Broun en un par de ocasiones.
Maxi Rodríguez: 2. Jugó incómodo, en soledad, desprotegido. Si este fue el último clásico de Maxi, no merecía este final un jugador de su categoría y tan representativo de la historia leprosa.
Ingresaron
Manuel Capasso: 2. Más de los mismo. No se sabe qué pretendió mejorar Burgos con su ingreso.
Julián Fernández: 2. Solo patadas de impotencia en la mitad de la cancha. Pudo haber sido expulsado.
Justo Giani: 5. Como en el partido ante Libertad, entró y mostró cosas interesantes. Al menos tomó la pelota y la condujo hacia el arco de Central.
Ignacio Scocco: 2. No pudo hacer nada, porque a su ingreso Newell’s ya era un equipo derrumbado.
Mauro Formica: s/c. No jugó lo suficiente como para ser calificado, aunque no pudo hacer nada tampoco.