Rosario Central se quedó con un nuevo clásico ante Newell's. El equipo de Miguel Russo se impuso con un golazo de Ignacio Malcorra a cinco minutos del final y desató la locura en el Gigante de Arroyito.
Por la séptima fecha de la Copa de la Liga Profesional, el Canalla se hizo dueño de un partido que casi no tuvo emociones, cosa que se encargó de desterrar el jugador con mayor jerarquía del plantel de Arroyito.
Pocos recordarán el trámite del partido, en el que jugó poco y mal; en el que se metió mucho y se peleó por demás. Las acciones de riesgo se esperaban por errores rivales, hasta que hubo uno que sacó a relucir su zurda.
El primer tiempo fue pobre. Se jugó como se juegan los clásicos, pero fue pobre. Central se mostró más directo e intentó con un cabezazo de Quintana y un remate de Toledo que se fue cerca. Newell's trató de asociarse un poco más, pero también llegó poco: Brian Aguirre casi recibe un regalo de Broun y Ferreira disparó desde afuera en un remate que no se fue lejos.
La idea de los entrenadores quedo tapada por las ganas, el ímpetu, pero también el nervio y las dudas. Ninguno de los dos podía imponerse claramente y las chances de riesgo escasearon.
El segundo tiempo no fue muy diferente. El partido estaba planchado, no pasaba nada. Solo tuvo una chance Lovera que definió mal en la única del complemento.
Los entrenadores hicieron variantes buscando mejorar a sus equipos, pero primero las hizo Russo. Y metió a Malcorra, que fue duda toda la semana, también a Martínez Dupuy. Heinze metió a Pablo Pérez y a Schor. Pero la diferencia la hizo el único "10".
Faltaban cinco minutos para el final. Dupuy le puso el cuerpo a Velázquez y giró. El defensor mereció la roja, pero el árbitro mostró amarilla. Las quejas generaron una de las tantas riñas del clásico. Pero Malcorra hizo olvidar todo; las quejas y los enojos. Malcorra la clavó del ángulo y se acabó el partido.
Ganó Central. Los merecimientos serán discutibles. Quizá no era para ninguno, pero se lo quedó el único que tuvo a un jugador diferente.