El entrenador del seleccionado argentino campeón del mundo en Qatar 2022, Lionel Scaloni despuntó este domingo en su ciudad santafesina natal, Pujato, donde pasa las navidades, el hobby al que se aferró cuando dejó el fútbol allá por 2015, siendo jugador de Atalanta, de Italia: el ciclismo.
El director técnico de 44 años tomó su bicicleta, se puso una malla de ciclista y el casco correspondiente, y se montó a la misma para recorrer las calles de Pujato, donde se cruzó con vecinos y conocidos que lo vivaron a su paso, como reeditando el homenaje recibido algunas horas atrás, cuando volvió de Qatar con la Copa del Mundo.
Cuando Scaloni se retiró como futbolista inmediatamente le recomendaron que para bajar la ansiedad y mantenerse físicamente en forma de otra manera que no fuera jugando a la pelota, se dedicara al ciclismo, algo que él tomó al pie de la letra.
Y al radicarse en la ciudad española de Mallorca con su esposa oriunda del lugar y sus dos hijos, el más pequeño nacido en Italia, cuando jugaba para la Lazio, el entrenador de la selección argentina tomó a la bicicleta casi como su medio de transporte excluyente.
Claro que esto le valió, literalmente, un serio dolor de cabeza en 2019, cuando en la mañana del 9 de abril se dirigió al colegio al que concurrían sus hijos y avanzaba sobre el estacionamiento lindero en momentos en que una mujer salió marcha atrás y lo embistió.
Como producto de la colisión Scaloni cayó con su bicicleta y su cara dio de lleno con el pavimento, provocándole heridas cortantes bajo el ojo izquierdo, en la nariz y dos más importantes sobre la frente.
De hecho esos dos heridas lacerantes le dejaron una cicatriz observable por estos días de tanta exposición mediática.
Ese accidente obligó inclusive a que fuera internado en el hospital Son Espases, de Palma de Mallorca, situado en el municipio de Calviá.
A pesar de ello el ciclismo siguió formando una parte importante de su vida, al punto que cuando viene a la Argentina y debe permanecer un período prolongado de tiempo en el predio de AFA, en Ezeiza, se trae su propia plegable desde España.
Por eso hoy a quienes lo conocen "desde que nació" no los sorprendió tanto verlo recorrer las calles del que calificó como su "lugar en el mundo", aunque ello no impidió que le pidieran una foto, a lo que él respondió siempre descendiendo una y otra vez de su compañera post fútbol: la bicicleta.