A dos días de una nueva edición del clásico rosarino, Newell’s realizó su tradicional banderazo. Desde las 16, se abrieron las puertas del Coloso para el evento que antecede al compromiso del sábado. Esta vez, con menos presencia de familias y de niños, que en anteriores convocatorias. 

Los motivos son variados: el horario fue modificado para no realizar la desconcentración de noche, "por razones de seguridad"; además, la violencia instalada en la tribuna y tras los recientes ataques a miembros de la comisión directiva pudieron haberle quitado convocatoria. Y por si fuera poco, el clima y el momento del equipo no ayudaron. 

De todos modos, como es habitual, muchos leprosos se acercaron al estadio Marcelo Bielsa para brindar su muestra de apoyo al equipo, a pesar del mal momento.

El evento volvió a torcer el orden habitual, serán los jugadores los que vean el espectáculo de las tribunas y no al revés. 

Este sábado desde las 16.30, la Lepra visitará el Gigante de Arroyito con la necesidad de volver al triunfo, no solo para no perderle pisada a los de arriba en el torneo, sino para cortar la mala racha.