Pasa como en las finas elecciones que se hacen del mejor Spinetta, del mejor Goyeneche, del mejor Piazzolla, del mejor Charly García; muchos canallas te hablarán de la sinfónica como el mejor Central que han visto. Un equipo armado allá por el 79 con Don Ángel Zof con un fino paladar por jugadores norteños, tucumanos de toque delicado, cordobeses de apellido gringo. En aquellos años, saber de la historia personal de estos jugadores era una incógnita, no existían los compilados de Youtube para saber de sus virtudes.

La sinfónica de Zof cautivó a los hinchas de Central en aquel 1979, mientras aquella hinchada ponía en sociedad el buen juego del equipo con las canciones de Rafaella Carrá. El Oso Ferrero, el Chiquilín García, el Loro Gaitán, Trama, Orte, entre otros. No pudo ser campeón, en el final del camino Vélez en el Metropolitano y el River de Labruna en el Nacional, obligaron a los canallas a postergar su sueño.

Viajemos un año después: Nacional del 80 y la reincidente forma rosarina de jugar al fútbol, ganando de local y haciendo campañas de visitante magras. Así y todo logra clasificar a las finales del Nacional

Ahí conocimos a Palma, para evitarnos reseñas biográficas es en la primera final que el Negro ajusticia a Ramos, arquero del finalista Racing cordobés y la costumbre de la naciente TV color de congelar la imagen en el festejo. Lo vieron miles en sus hogares, aún en sus televisores blanco y negro con antenas orientadas. En los primeros aparatos a color, muchos traídos de Uruguayana (Brasil), ahí estaban los Talent, los Philco Color, los Grundig. La voz de Mauro Viale y el comentario de Macaya.

Central conocería la gloria del campeonato en aquel diciembre lejano, no sería igual el festejo al del 71, el país era otro sin duda. El Negro Palma, brazos en alto, a caballito de un hincha en el entonces Chateau Carreras. La remera blanca con el escudo de Central, atrás la alineación de los jugadores campeones.

Y lo festejaron a Palma con sus camperas nevadas con corderito en las tardes frías del 85, con los Pitufos del Negro Marchetta, junto a Chaparro, el sanjuanino Delgado, Fossati, el Tanque Rojas, muchachos de la hinchada que hoy están tramitando la jubilación, que luego de un triunfo contra El Porvenir se prepararon a la noche para ir a bailar al Viejo Galeón, a Space, al Bucanero.

Y vino el 86/87, luego de un paso obligado por Colón de Santa Fe. Aquel Súper Equipo que quería Vesco , pantalones azul francia, sponsor de Zanella. El día final en aquel mayo del 87, ese penal de Palma al palo contrario de Puentedura, arquero de Temperley, La consagración, la vuelta olímpica en esa etapa VHS de nuestras vidas, el Negro en andas. Aún andan los recuerdistas del fútbol rosarino rastreando en los archivos aquellas jornadas, ahí está el Negro Palma en su esplendor. La voz del Negro Vidaña contando de la épica jornada, se hará eco al lunes siguiente De 12 a 14 con la presencia de los campeones en el estudio.

El Negro Palma, su paso por River, por México y la vuelta en aquel año 92. El Negro en versión Winamp, en modo Renault 12. Regulando en los días de extremo calor sin cansarse, la Conmebol, aquella final infernal en diciembre del 95 contra el Mineiro y de ahí hasta el final del Siglo XX donde en un partido contra el Gimnasia jujeño anunció su despedida. Desconozco qué hace ídolo a un jugador, si solamente hacer goles decisivos, ser carismático en partidos difíciles o simplemente ser lo que era Palma, un brillante jugador de fútbol.

Hace poco me alegró ver a Messi y en su relación con Newell 's, el equipo del cuál es hincha. Aclarar que él es de la época del Piojo Manso, no tuvo necesidad de extender conceptos humeantes. Es por demás de saludable que en una rivalidad que será para toda la vida, se guarde el cariño e idolatría por tipos como Roque Alfaro, el Negro Zamora. Dependemos muchas veces de lo generacional para transmitir estas cuestiones

Un morocho bajito lleno de fútbol. Palmita como le decía Don Ángel.

Ahí estará el Negro circulando con su magia gracias al almacenamiento digital. Reviviendo por Youtube goles en el Gigante, haciendo gambetas largas, tiro libres, la memoria futbolera ha encontrado en las redes lo que todavía está pero no abunda que es la mesa del café postpartido.

El amor por tu equipo está en varios formatos: Súper 8, los Betacam, en esa vieja colección de El Gráfico, el suplemento de La Capital que guardaste por años testificando aquella jornada de gloria, el VHS, el HD.

Me quedo con la imagen del Negro detenida en aquel diciembre del 80, la magia de ATC de aquel momento, la corrida al abrazo con Teglia, con Marchetti. Aquella inicial TV a color. El Central de Zof. Palmita. 

“Toca toca la sinfónica “…decía Pablo Zaro, en aquellas tardes en nuestra entonces LT2.

Comenzó el tiempo de la leyenda.