Los Juegos Olímpicos París 2024 incluyeron varias novedades: más de 20 mil deportistas desfilaron por el río Sena, algo inédito porque nunca antes se había inaugurado la competencia fuera de un estadio olímpico. Pero esa no fue la única nota innovadora. Son los primeros JJOO en los que se alcanza la paridad de género, y por primera vez, la villa olímpica tiene una guardería para que los atletas puedan estar cerca de sus hijos y una zona de salud mental para las y los atletas.

En diálogo con el programa A la Vuelta (Radio 2), Jorge Rocco, médico psiquiatra, especializado en deportes, de vasta experiencia, analizó cómo juega la cabeza en el desempeño de un deportista de alta competencia.

“Hoy –afirma– los deportes son más mentales que físicos, porque lo físico se entrena y si los deportistas llegaron hasta allí es porque tienen y lograron desarrollar sus condiciones físicas. Hoy, todas las técnicas y las tácticas ya están aprendidas y lo que hace la diferencia es la cabeza del jugador; sobre todo en deportes individuales. Porque la concentración y la resistencia al cansancio dependen exclusivamente, de la mentalidad del deportista”.

 Rocío Sánchez Moccia y Luciano de Cecco, abanderados de la delegación de Argentina.

“Esto –agrega– repercute mucho más crudamente en los JJOO, porque, como se dice en el barrio, la participación es debut y despedida. Todo se juega muy rápido y lo entrenado durante meses se define en un minuto. Se juega a todo o nada. Entonces, la misma tensión por el resultado condiciona hasta el movimiento. Si uno juega un torneo largo, un resbalón no es caída; pero si se trata de un torneo breve, el resbalón significa quedar eliminado. Si comúnmente, el deportista necesita una mente libre, sana y lúcida, en competencias como éstas es mucho más lo que tiene que aportar”.

Todo lo que implique adelantarse al resultado y sobre todo al resultado temido, significa desgaste de energía y condicionamiento a la respuesta muscular.

La ansiedad, síntoma de época

 

Uno de los escollos más comunes, describe el psiquiatra, es lo que se llama la “profesía autocumplidora” que consiste en ponerse en la cabeza el resultado más temido. “Hay deportistas que dicen: «Si yo no tengo el cuerpo en determinado ángulo o no consigo en el lanzamiento por lo menos diez centímetros de ventaja, voy a perder». La pregunta es: por qué no pensarlo al revés. Porque si uno le da prioridad en la cabeza a ese resultado más temido, todo el cuerpo va hacia ese resultado –explica Rocco, y lo compara con la eyaculación precoz en los hombres y la anorgasmia en las mujeres–. “Todo lo que implique adelantarse al resultado y sobre todo al resultado temido, significa desgaste de energía y condicionamiento a la respuesta muscular”, afirma.

Lo queremos todo y lo queremos ya. Los tiempos actuales están atravesados por la ansiedad y los deportistas no son una excepción. Por eso, enfocarse en este punto es crucial sobre todo para los partidos de larga duración como en el tenis o el fútbol, cuando se juegan las etapas definitorias y hay alargue y penales que conllevan regulación no sólo de la energía, sino también de la ansiedad por el resultado final.

Las Leonas reaccionaron a tiempo y vencieron a Sudáfrica.

Si uno tiene tendencia a vivir en el futuro, por la ansiedad que carga, no va a estar presente en el aquí y ahora. Y los partidos hay que jugarlos aquí y ahora.

“En esos casos –señala– si hay un terapeuta que conoce al equipo, debe tener en cuenta: la situación personal que está viviendo cada jugador, el rival con quien se juega, en qué posición está el deportista en la tabla, si el club está pagando o no, si recibió algún llamado de la familia en el que le avisaron que su hijo tiene fiebre, la información que las y los atletas leen en los celulares y pueden afectarlos. Todo esto hay que tener en cuenta antes de empezar el partido y muchos de estos factores no se pueden controlar. Al igual que no se puede controlar: la reacción de la hinchada, cómo va a estar el jugador que lo tiene que marcar, si hay suplentes que tienen más posibilidades de jugar que él y le significan una competencia interna, etc. Es todo un universo que cada uno administra de acuerdo a su historia personal. Si uno tiene tendencia a vivir en el futuro, por la ansiedad que carga, no va a estar presente en el aquí y ahora. Y los partidos hay que jugarlos aquí y ahora”.

El Dibu Martínez y el factor psicológico

 

Rocco analiza el comportamiento de Emiliano “el Dibu” Martínez, arquero de la Selección Argentina de fútbol, antes de atajar las series de penales. Desempeño que le aportó triunfos contundentes al equipo y que causó admiración y también resentimiento por parte de jugadores e hinchadas rivales.

Emiliano "Dibu" Martínez, clave en los penales en el Mundial y la Copa América.

Lo que cuenta es quién sabe leer mejor las variables para sacarle provecho y lograr un mejor resultado.

“El Dibu se cansó de generarle distintos focos de atención a sus rivales, de distraerlos con su juego verbal para que cometan errores. Algo que después limitaron los árbitros. El deporte de alta competencia no es una estructura matemática; es un juego de posibilidades y de variables y lo que cuenta es quién sabe leer mejor las variables para sacarle provecho y lograr un mejor resultado. Ahí hacen la diferencia jugadores como Messi. Uno lo mira y parece que está caminando, como ido, como si estuviera viendo el partido; pero él siempre está recibiendo en un lugar solo, casi con ojos en la nuca, porque sabe y va leyendo dónde está el rival todo el tiempo y va a ayudar al compañero para que reciba el pase. Esos son los que hacen la diferencia, más allá de que corran o tengan mucha habilidad o no.

Zona de salud mental en los JJOO

 

En el caso de los JJOO Francia 2024, una de las novedades es la instalación de una zona de salud mental para las y los atletas. Qué utilidad puede tener este dispositivo cuando ya se está en plena competencia, ya que es muy distinto entrenar con apoyo psicológico individual o colectivo –que permita identificar y trabajar fortalezas y debilidades– y resolver cuestiones de última hora. En ese sentido, Rocco se formuló algunos interrogantes:

“Si yo estoy compitiendo y tengo un ataque de pánico, lo más probable es que tenga que salir y me puedan enseñar algún ejercicio respiratorio, pero al no tener casi vínculo con esas personas o quizás no hablar el mismo idioma, es muy limitado el apoyo que puedo recibir para resolver todas esas cuestiones que son relacionales y de estabilidad. Aún perteneciendo al equipo técnico y estando dentro del mismo club, al jugador le cuesta acercarse a los especialistas en salud mental, imaginemos lo que puede ser ir a hablar con esas personas desconocidas en plena competencia sobre estos temas”.

Villa Olímpica París 2024.

“A lo sumo, en el caso de que sufra un esguince, por ejemplo, y tenga que dejar la competencia, lo único que podrán hacer es contenerlo para que no se angustie o verán si necesita algún psiquiatra para que le suministre algún ansiolítico. Creo que harán emergentología y no mucho más. Y fuera de la competencia, pasarían a ser como un consultor de cualquier especialidad, funcionando a demanda. Creo que la intención está buena y que podrá servir en algunos casos, para contener a los jugadores que sufran lesiones físicas”, sintetizó.

Aún perteneciendo al equipo técnico y estando dentro del mismo club, al jugador le cuesta acercarse a los especialistas en salud mental.

Derrotas, lesiones y resiliencia

 

En las situaciones extremas aparecen las características del resiliente y del que tiene la “profesía autocumplidora”, de la que habla Rocco.

“Suelo decirles graciosamente: ahí se ven los que están con la boca en “U” o en “A”. Hay jugadores que los escuchás a la mañana y dicen: «Uh mirá qué día de sol», «uh mirá cómo llueve». Y frente a las mismas situaciones, ves a otros que dicen: «Ah mirá qué lindo como llueve para poder descansar» o “ah qué hermoso día de sol para entrenar”. Estos distintos tipos de reacción se ven muy claramente en las lesiones de larga recuperación como la rotura de ligamentos y las fracturas. Hay jugadores que tienen una recuperación increíble porque su cabeza es increíbe. La lesión va a tener la evolución lógica de una lesión de ese tipo; pero el jugador, con la cabeza, puede mejorar y acortar esos plazos. Lo mismo pasa en un desgarro”.

El especialista sostiene que “se puede aprender a ser resiliente, pero tendríamos que empezar por los padres y la escuela y conlleva algunos pasos: lograr una buena autoestima y autocrítica (algo que se construye a partir de la mirada del otro); desarrollar la capacidad de introspección (pensarse a sí mismo) y la capacidad de transformar la tragedia en comedia o el dolor en oportunidad, tener humor, pautas morales (no hacerle al otro lo que no quiero que me hagan a mí) y desplegar la capacidad de relacionarse y de recrearse de distintas formas y no sólo con tecnología”.

La mayoría de los resilientes cuentan con estos ingredientes. Porque alguien les facilitó la posibilidad de desarrollarlos o porque los supieron buscar sin darse cuenta y lo lograron y lo trabajan todos los días.