El segundo Superclásico por la llave final de la Copa Libertadores tuvo dos jugadas polémicas. La primera fue a los 55 minutos, donde aparentemente Andrada cometió un penal que no fue sancionado. La otra ocurrió a los 77, cuando Javier Pinola tapó un disparo de Nahitan Nández con los tapones de punta.
Los jugadores y los hinchas de Boca reclamaron penal, ya que la jugada fue dentro del área millonaria. El árbitro Andrés Cunha, sin embargo, cobró tiro libre indirecto, que no fue aprovechado luego por Olaza, quien disparó contra la barrera.