En el primer partido de Carlos Tevez como técnico, Rosario Central perdió 1-0 ante Gimnasia en el Gigante de Arroyito, por la quinta fecha de la Liga Profesional. El Canalla le hizo fuerza a un rival complicado, que con la victoria quedó puntero, pero no pudo aguantar y un descuido defensivo a poco del final lo dejó con las manos vacías. El único gol de la noche lo hizo Ramón Sosa.
Era difícil e improbable imaginar un cambio radical en el juego canalla a tan pocos días del cambio de entrenador, a excepción del entusiasmo y el aire renovado que suele inyectarse en los planteles cuando comienza un nuevo ciclo. Desde la actitud, se notó, pero el flojo presente canalla no se explica únicamente en lo mental, ya que tiene una gran crisis de identidad.
Por eso, el Central de este viernes por la noche no distó mucho del que se vio en la cancha en las primeras fechas del torneo. Si algo pudo distinguirse como primeras pinceladas de la mano del Apache, fue la idea, sólo la teoría, de ser un equipo corto y presionador. Claro que no pudo sostenerlo todo el tiempo y que también sufrió, por falencias propias y porque del otro lado estaba el encumbrado -y líder- Gimnasia de Pipo Gorosito.
Con la pelota en su poder, el equipo tuvo pasajes interesantes, con buena circulación y juego asociado, sobre todo volcado sobre la izquierda para darle rienda suelta al tándem Blanco-Benítez. Además, Montoya también aportó lo suyo para conducir los ataques y abrir espacios por dentro.
Pero esa parte buena tuvo como contracara algunos desacoples y sofocones en el fondo cuando el Lobo, muy inteligente para mover la pelota y atacar a espaldas de los volantes auriazules, llegó a fondo hasta el área.
En el primer tiempo las redes no se movieron. Se perdonaron mutuamente, en medio de un trámite parejo, y el resultado se ajustó al juego. El Canalla tuvo una chance muy clara en un desborde por la banda zurda de Benítez, que metió el centro por abajo y Gamba conectó de taco, pero un defensor del Lobo la despejó sobre la línea cuando el Gigante empezaba a gritar gol.
Gimnasia respondió con un par de remates de media distancia de Aleman y Sosa. También de tiro libre, pero el diez platense, un especialista en pelota detenida, no estuvo afilado. Además, le anularon correctamente un gol por posición adelantada.
En el complemento se empezó a ver una versión mejorada de Central, plantado en campo rival y manejando la pelota con los ingresos de Covea y Buonanotte, dos futbolistas que el DT había probado entre los titulares en la semana. De esa manera, fue llevando de a poco a Gimnasia contra su área, lo fue encerrando.
Sin embargo, no pudo hacer pesar ese dominio de balón y territorial en el resultado. Tampoco en llegadas de peligro, más allá de algunas aproximaciones con remates de media distancia y centros aéreos que preocuparon un poco pero no lastimaron lo suficiente. Un desborde de Blanco que un jugador de Gimnasia desvió y pegó en el ángulo del arco fue la más clara.
Y en el mejor momento auriazul, cuando parecía que estaba más cerca de ponerse en ventaja que de padecer, llegó un descuido fatal en el fondo. Aleman frotó la lámpara y habilitó con una precisión milimétrica a Sosa, a espaldas de Almada, y el delantero no falló: convirtió el primer gol de la noche. Fue un golpazo para Central, que por el desarrollo no merecía quedar en desventaja.
Los minutos finales fueron el fiel reflejo de todas las penurias que atraviesa Central desde principios de año. Terminó desesperado y sin ideas. No tuvo capacidad de reacción para tratar de empatarlo y se quedó, otra vez, con las manos vacías, en medio de un clima tenso con los hinchas, que terminaron insultando a la dirigencia.
En el comienzo del ciclo Tevez, Central no cambió demasiado. Es cierto que tuvo apenas un puñado de días para trabajar con el plantel y que heredó un equipo golpeado. También es una realidad, como lo era cuando estaba Somoza, que necesita refuerzos imperiosamente.
Por eso, el balance en esta primera prueba, por fuera de la derrota, que siempre opaca cualquier atisbo de brillo, no es del todo negativo. Central no fue menos que el Gimnasia puntero. La derrota duele, como todas, y empeora el escenario que tiene por delante el nuevo entrenador. El Apache, ahora, deberá empezar a imprimirle su estilo al equipo, en paralelo con las urgencias del club.
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