Al capitán esto no le hizo nada de gracia y se lo recriminó, pero ante la insistencia del cafetero, puso cara de disgusto y se apartó. Teo se tomó unos segundos para pensar, recapacitó y le devolvió el balón al 9, que finalmente acabó impotente ante la atajada de Rey.
La cosa no acabó ahí: tras el pitazo final del primer tiempo, los dos se fueron discutiendo al vestuario: Ruben aún enojado por el desplante que le sacó concentración; el colombiano por no haber podido cumplir su deseo de hacerse cargo del disparo.