A los 98 años, falleció Amelia Montero. La "Vieja Amelia”, aquella histórica hincha de Newell's que en 1962 fue la primera en organizar viajes en tren y luego en colectivo por todo el país para seguir al equipo. Una de las tribunas del Coloso, el sector de la visera no techado, lleva su nombre. Durante toda una vida al lado del rojinegro, dejó innumerables anécdotas y recuerdos.

En este recuerdo de Rosario3, Amelia habla sobre Amelia. Los kilómetros recorridos para alentar a la Lepra, su relación con ídolos como el Tata Martino, Marcelo Bielsa y Juan Carlos Montes, cómo fue su primera vez en la cancha, la emoción cuando el club le puso su nombre a una parte del estadio y su marido italiano hincha de Central, pero al que convenció para que se hiciera de Newell's.

Amelia Montero nació el 25 de septiembre de 1924, en Rosario, ciudad en la que pasó toda su vida. En 1962, y según datos históricos, fue la primera en organizar viajes a Buenos Aires y al resto del país para seguir al equipo en tiempos donde ir de visitante a otras ciudades no era costumbre, mucho menos siendo mujer. Y desde ahí, no faltaba a ningún partido.

Quién la bautizó como “Vieja Amelia”


Según contó en varias oportunidades, su famoso apodo fue obra de Gerardo Martino. "Vieja Amelia me puso el Tata Martino. Una vez me vio por la tele y dijo «uy, la Vieja Amelia», y ahí todos los chicos empezaron a llamarme así. El Tata fue el que yo más admiré porque él no le pegaba a la pelota: la acariciaba".

Su primera vez en la cancha


"La primera vez que fui a la cancha tenía 6 años, me llevaba mi tío y en la puerta había un hombre grandote, era el alemán Celli (ndr: Adolfo Celli, uno de los primeros ídolos de Newell's) y me dijo «vení, pasá negrita« y me agarró y me llevó: nunca más falté yo a un partido, nunca más", recordó hace algunos años en una entrevista con Infobae.

"Antes no iban mujeres… no. La única: yo. Primero íbamos a la cancha en tren, entonces los muchachos que venían conmigo se subían y no pagaban. Yo sí pagaba y les decía: «Esperen calladitos la boca«. Cuando venía el guarda se ponían en el fuelle del tren, se metían ahí y cuando el guarda pasaba el vagón yo (busca un pañuelo blanco entre sus ropas y lo hace flamear, como demostración del gesto que hacía). Entonces los muchachos se metían adentro, en el tren", contó sobre la presencia de las mujeres en los estadios.

Amelia junto a Maxi Rodríguez, el último ídolo leproso.

Casada con un italiano hincha de Central y “con Newell's”


Amelia enviudó a los 49 años. Estaba casada con el italiano Antonio Macellaro, con quien tuvo dos hijos: Mario y Miriam. “Nosotras, las mujeres, somos tan porfiadas que tenemos un gran poder de convencimiento”, supo decir. Lo logró y lo hizo hincha leproso. Cuando su marido falleció, ella sentenció: “Yo me casé con Newell’s”.

Los técnicos que más quiso


"El técnico que yo más quise fue Juan Carlos Monte porque nos dio el campeonato en la cancha de Central, el primer campeonato. Y Marcelo Bielsa. Ellos fueron los dos mejores técnicos que tuvo Newell's", afirmó sin titubear en otra de las numerosas entrevistas que brindó. 

Entrar a la cancha sin plata


¿Cómo hacían para ir a los partidos sin tener dinero? "Hacíamos así: yo tenía la entrada en la mano, la mía, y me paraba al lado del portero y le decía: 'Van a pasar todos ellos, vos contalos que el último te da las entradas'. Entonces pasaban todos y cuando llegaba el último entraba yo. El portero me decía: ¿Y las entradas? No las tengo, le decía yo y corría a la tribuna con los muchachos".

La tribuna “Vieja Amelia” en el Coloso


“Es un orgullo bárbaro, nunca lo soñé. Yo todo lo hice de corazón, porque era de Newell's, porque mi sentimiento es Newell's. Para mí, Newell's es todo. A mí todos me dicen Vieja y yo no me ofendo, me gusta, porque me lo dicen con cariño. A todos los quiero, los quiero a todos, los tengo acá adentro", expresó sobre el gesto de hinchas y socios, que eligieron bautizar con su nombre un sector del estadio ubicado debajo de la visera Tata Martino. 

La tribuna "Vieja Amelia", el sector del Coloso bautizado así en su honor.