“Vos y otro que vive más en México que en Argentina, son los mulos de una idea ajena a ustedes!!! No olviden que necesitan de los votos de la asamblea de la AFA!! Ya no hay DNU que nos obligue. Cuando se conozca el proyecto que prepara AFA, quedarán ambos, con el culo al aire!!!”.
Pablo Toviggino, el tesorero de la AFA y mano derecha del presidente Claudio Tapia, descerrajó toda su artillería contra Juan Sebastián Verón y Andrés Fassi, los presidentes de Estudiantes y Talleres, proclives a la instalación en argentina de las sociedades anónimas deportivas (SAD), pero quizás involuntariamente destapó la estrategia del ente regente del fútbol argentino: la AFA prepara un proyecto para involucrar a los privados en el fútbol, algo que ya sucede en unas cuantas instituciones bajo el nombre de gerenciamiento, sin poner en riesgo el formato de sociedades civiles.
La bravuconada de Toviggino en X responde a un concepto vertido días antes por Verón en defensa de una mixtura entre lo público y lo privado.
“Hay que cambiar la forma de gestionar los clubes para lograr ese vínculo entre lo público y lo privado y que todos ganemos. Los clubes ya no pueden crecer por sus propios medios. Van camino a la quiebra. El fútbol tiene que seducir a esos capitales y mostrar la veta del negocio para poder crecer. Si en ese negocio el privado y el club van de la mano, ¿cuál es el problema?”, se preguntó el ex jugador de la selección nacional.
“Nosotros hicimos el estadio gracias a capitales privados. Hay que ofrecer más alternativas sin que eso signifique vender el club. Que un privado venga a hacer un negocio que le sirva al club, no significa hacer una SAD. El privado tiene que acercarse al fútbol porque el fútbol es popular. Porque es parte de nuestra cultura. Porque hay que transformar vidas. Nos tiene que ayudar eso”, sostuvo la Brujita.
“Transformar, mejorar la calidad del club, eso impacta directo en la vida del socio, del deportista, del empleado, de los que están en el día a día viven el club”, concluyó el hijo de la mítica Bruja Verón, que hace un puñado de días cumplió 80 años.
El estatuto de la AFA prohíbe taxativamente las SAD, con cuyo formato ninguna institución podría participar en sus torneos. Y además cuenta con el apoyo por amplia mayoría de los clubes que ya dieron su parecer tras la intención del Gobierno de incorporar las SAD, una idea que Mauricio Macri fogonea desde sus tiempos de presidente de Boca.
Pero la gran novedad de esta pelea ideológica que ya lleva años, es que la AFA anunció que trabaja sobre un proyecto que habilitaría los gerenciamientos enmarcados en reglas claras que bajo ningún punto de vista pongan en riesgo la autonomía de las instituciones.
Hasta aquí “el club es de los socios” no se negocia, pero la idea de la casa rectora sería blanquear algunas estructuras que ya están ordenadas como gerenciamientos, como es el caso de Defensa y Justicia, por ejemplo.
Mientras, es dable suponer que el Gobierno no se quedará quieto y es probable que luche por las SAD desde ámbitos legislativos, mucho más prolijos que un imperativo DNU.
La pelea es ideológica, aunque la aceptación de las SAD no necesariamente hará que los clubes se transformen. Cada uno podría hacer lo que le plazca o le convenga.
Ejemplos sobran.
Manchester City dejó de ser pobre y se transformó en potencia, Newcastle es el club más rico del mundo, pero no da pie con bola por ahora, para PSG no hay plata que alcance para ganar la Champions aunque esta semana volvió a ilusionarse, pero hasta aquí, ni con Messi y Mbappé juntos pudo.
Del otro lado del mostrador, Real Madrid y Barcelona, dos de los clubes más poderosos y competitivos del mundo, no tienen formato de sociedades anónimas y pelean mano a mano con los dueños de los petrodólares.
Esta historia continuará. Y se profundizará. Ni la AFA, ni el Gobierno se quedarán quietos.