Luego del episodio con Marco Ruben, con quien discutió airadamente por un penal ante Godoy Cruz, y de sus ruidosas declaraciones al término del partido con Quilmes, el oriundo de Barranquilla pareció ponerse el chip que mejor le sienta y a jugar con el nivel que lo llevó a la selección y al fútbol de Europa. Y así, marcó goles como ante Tigre y dio cuatro pases gol entre Sarmiento y Atlético Tucumán.
Con este cambio rotundo de ánimo y, sobre todo, de nivel, cabe preguntarse si efectivamente Teo sigue pensando que se marchará a fines de su préstamo, como confirmó luego del éxito ante el Cervecero, o si el cariño que le van tomando los hinchas y el buen andar deportivo le hace revisar su decisión.
¿Qué tiene que pasar para que Gutiérrez se quede? Que el club de Arroyito haga uso de la opción de compra de su ficha, que pertenece al Sporting Lisboa y está tasada en algo más de dos millones y medio de dólares. Y que acuerden entre CD y jugador el monto de su contrato, que sería otra gran erosión.
Para que estas dos cosas ocurran, el propio futbolista deberá allanar el camino (tal como hizo para venir cuando lo buscaron los dirigentes en la época de Coudet), ante los reparos que pondrá el club portugués en caso de que mantenga su nivel y la segura búsqueda de Junior de Barranquilla, el club de sus amores con el que coqueteó a inicios de este mismo año.
La que viene será una temporada clave para todos los futbolistas de selección, ya que en junio de 2018 se disputará el Mundial de Rusia. Y Teófilo no está ajeno al deseo común de defender la camiseta de su selección. Por eso, deberá escoger con mucho cautela sus pasos a seguir para seguir estando en la consideración de Pekerman.