A mediados de 2012, Maximiliano Rodríguez decidió cortar su vínculo con el poderoso Liverpool de Inglaterra para volver a Newell’s, que necesitaba una mano. Todavía le quedaba un año de contrato en Inglaterra. Es una de las muestras más fuertes de sentido de pertenencia que recuerde el fútbol argentino. No la única, para no herir susceptibilidades. Pero hoy se trata de Maxi, a quien su gente intentará devolverle parte de ese amor incondicional que lo llevó a dejar el confort de Europa y meterse en una selva que obligaba a una buena campaña para evitar el descenso.

Aquella apuesta en tiempos difíciles terminó al año siguiente con una vuelta olímpica de uno de los equipos que está entre los mejores de la historia rojinegra.

Maxi integra una nómina que marca a fuego la historia leprosa. Es, probablemente, junto a Marcelo Bielsa y Gerardo Martino parte de la trilogía más gloriosa de la historia del club.

Por supuesto que existen muchos nombres que andan por ahí. ¿Cómo no subir al escenario a Mario Zanabria?, el autor del gol más importante de la historia del club.

Dice Maxi que por ahí le quedó la espina de ganar el Mundial con la selección y la Copa Libertadores con Newell’s, pero cree que el fútbol le dio mucho más de lo que él jamás soñó.

La de Maxi es una de las muestras más fuertes de sentido de pertenencia que recuerde el fútbol argentino

El mundo periodístico, paralelamente, está obsesionado con la presencia de Leo Messi y es lógico, es el jugador más importante del mundo. Pero hoy la estrella es Maxi.

Quizás pocos se animen a reconocerlo sin temor a represalias verbales nacidas en “Termolandia”, pero en la historia de Newell’s, Messi es un lunar al lado de La Fiera.

Por supuesto que la presencia del capitán de la selección le daría, le dará, porque todo parece indicar que estará en el Coloso, un toque de distinción a la fiesta, pero su ausencia no opacaría ni un ápice el tributo leproso a su héroe.

Existe un deseo, que será eterno, del hincha de Newell’s, de tener a Messi con la camiseta rojinegra, lo que ya a esta altura parece una utopía. Sólo queda el impacto mediático y folclórico de verlo con los colores del club que lo vio nacer aunque sea como invitado.

Si Messi está, las cámaras se irán con él aunque no sea el propietario de la fiesta, es inevitable.

Habrá muchos amigos de Maxi que estarán acompañándolo en una jornada que será muy emotiva y de un justísimo reconocimiento.

Por supuesto, el Tata Martino se llevará lo suyo y ni hablar de Marcelo Bielsa si llega a estar.

El hijo pródigo, de perfil bajísimo afuera de la cancha, tendrá su día.

Aquella muestra de amor que ofreció cuando dejó Liverpool para venir al Parque, merecía una jornada como la de hoy.

Justamente un 24 de junio, fecha en que se cumplen 17 años de uno de los goles más gritados de la selección argentina en mundiales dejando de lado las finales. Aquel a México, con el que Maxi se metió definitivamente también en la historia de la selección argentina.

Se recomienda concurrir con pañuelitos, habrá lágrimas para repartir.