El tandilense Juan Martín Del Potro arrancó con el pie derecho el año. Al título de Indian Wells sumó el miércoles por la noche la clasificación a las semifinales del Masters 1000 de Miami. En un partidazo, derrotó al canadiense Milos Raonic por 5-7, 7-6 (7-1) y 7-6 (7-3), en dos horas y 52 minutos de juego. Deberá enfrentar al estadounidense John Isner.
"Si me quedaba algo de energía, esta noche la gasté toda", declaró Del Potro luego del partido, al que calificó de "agotador, física y mentalmente".
La Torre consideró que su mayor virtud fue "no bajar los brazos" en los momentos en que estaba "abajo" en el marcador con Raonic, "que jugó un gran partido, mucho mejor que aquel partido en Indian Wells", apuntó.
El desarrollo del encuentro tuvo singularidades propias de la irregularidad de Raonic, que en este certamen ya había enfrentado, y eliminado, al argentino Diego Schwartzman, al que superó el pasado domingo por 7-6 (7-5) y 6-3.
Y parecía que la historia podía repetirse en esta jornada, puesto que en un primer set equilibrado, la indescifrable eficacia del canadiense terminó por confundir al argentino, que terminó perdiendo esa manga inicial por 7-5 al cabo de 49 minutos.
Apenas sellada la victoria parcial de Raonic el tandilense apareció mareado y solicitó atención médica, mientras se tiraba literalmente sobre su silla despojándose de la vincha y las muñequeras.
El segundo set contó con un desarrollo igual de equilibrado que el primero, y aún más, ya que se debió definir en el tie break, donde por primera vez en la noche "Delpo" apareció con todo su potencial para llevárselo con un contundente 7-1 que le permitió adjudicarse ese segundo segmento por 7-6.
El comienzo del tercer y decisivo set tuvo características propias de una batalla tenística en la que los errores eran tan comunes como los aciertos, al punto que los cuatro primeros games se resolvieron mediante respectivos quiebres.
Recién Del Potro pudo registrar un saque ganador para el 3-2, pero esto fue replicado por Raonic en el siguiente, y así hasta el nuevo tie break, el definitivo, ese en el que Del Potro se llevó las caricias de su público, pero sobre todo el acceso a unas semifinales que siguen marcándole el camino hacia su sueño de alcanzar, a los 29 años, el número uno del mundo.
Su próximo rival, Isner, se había convertido en la tarde del miércoles en el primer semifinalista del torneo tras vencer cómodamente al surcoreano Hyeon Chung (19) por 6-1 y 6-4, en una hora y ocho minutos de juego.
La otra semifinal la protagonizarán los ganadores de los enfrentamientos que tendrán lugar hoy entre el español Pablo Carreño ante el sudafricano Kevin Anderson por un lado y el alemán Alexander Zverev con el croata Borna Coric por el otro.
Este último partido tendrá un "efecto secundario" para Del Potro, ya que de perder Zverev, el tandilense alcanzará el cuarto puesto del ránking ATP, igualando su mejor posición histórica alcanzada en enero de 2010 y nuevamente en ese mes de 2014.
Claro que de ganar este Abierto de Miami, algo nunca alcanzado por ningún tenista argentino, Del Potro se convertirá en el tercero del mundo, llegando así a su mejor clasificación profesional.