No fue como en los partidos anteriores, cuando los miles de hinchas argentinos tuvieron que recorrer pocos kilómetros –para lo que es la inmensidad de Rusia- desde Moscú hasta Nizhny Novgorod o San Patersburgo. Esta vez tuvieron que hacer un largo viaje hasta Kazán, una de las sedes más orientales de este Mundial.
En tren, en auto alquilado, en autobús o en motorhome, el periplo desde la capital rusa hasta Kazán duró más de 30 horas.
Por eso, la mayoría de los miles y miles de argentinos que alentarán hoy a la selección llegaron sobre la hora, tres o cuatro horas antes del encuentro de este sábado que abre los octavos de final de la Copa del Mundo.