En la continuidad de la fecha 18 de la Liga Profesional de Fútbol, este domingo Rosario Central empató 1-1 ante Banfield en el Gigante de Arroyito, en una jornada de fuertes emociones para el club porque fue el primer partido tras la muerte de Omar Arnaldo Palma, una de las máximas leyendas canallas.
El Taladro se puso en ventaja a los 26 minutos del primer tiempo con un gol de Leandro Garate y el Canalla de Matías Lequi alcanzó la igualdad gracias a un zurdazo de Jaminton Campaz, a los 36. Aunque buscó el triunfo con insistencia, la falta de precisión y también de ideas le impidieron quebrar la resistencia del visitante.
El Canalla salió a buscar el triunfo y se mostró agresivo durante los primeros pasajes del partido en Arroyito. Con el dominio de la pelota y la geografía, se aproximó con cierto peligro en varias ocasiones al arco del Taladro, pero sufrió la falta de precisión en los metros decisivos y no lo pudo plasmar en el resultado.
Después del asedio inicial el trámite se emparejó y Central, como ya le ocurrió otras veces en la temporada, se complicó solo. Una mal pase en una salida por derecha le permitió a la visita recuperar el balón cerca del medio y, en tres toques, dejar cara a cara con Jorge Broun al delantero Leandro Garate, que definió con cierta displicencia pero le terminó acertando al arco ayudado por el intento de despeje de Facundo Mallo.
El equipo de Matías Lequi acusó el golpe y reaccionó rápidamente. Diez minutos después, una gran pared entre Ignacio Malcorra y Jaminton Campaz sobre la medialuna del área grande le permitió al colombiano –que volvió a jugar esta tarde– estampar el 1-1 con un remate de zurda que le pasó entre las piernas al guardameta de Banfield.
Con el envión del empate, Central estuvo a centímetros de irse al descanso arriba en el marcador mediante la pelota parada, una de sus armas más peligrosas, pero un cabezazo de Facundo Mallo reventó el travesaño.
En la segunda parte, el Canalla salió obligado a sostener el dominio para intentar ganar ante un Banfield que, por elección y circunstancias, dejó de discutir el partido en toda la cancha para retrasarse, juntar líneas y apostar a un contragolpe. El local tomó esa responsabilidad y fue de los dos el más peligroso, aunque otra vez le costó traducirlo en opciones claras para convertir.
En busca de tener mayor y mejor manejo de pelota, Lequi rompió el doble cinco para darle pista a Jonathan Gómez (salió Ortiz). También le ofreció un socio más cercano a Marco Ruben con el ingreso de Enzo Copetti. Y fue a buscarlo. Lo hizo con empuje y decisión, pero eso no fue suficiente para quebrar la férrea resistencia de Banfield durante todo el complemento.
El Gigante estalló en el último minuto del encuentro cuando Ruben conectó un derechazo que le daba la victoria agónica al conjunto auriazul, pero el delantero estaba claramente en posición adelantada y no valió. Central terminó masticando bronca en la tardecita rosarina porque hizo todo el gasto para ganarlo. No pudo reflejarlo en la chapa y dejó escapar puntos ante uno de los rivales de peor rendimiento en la Liga.