Newell's volvió a caer en su casa. Esta vez fue 1-2 frente a Vélez, un rival de jerarquía que lo complicó y que hizo los méritos suficientes para llevarse el partido. Juan Martín Lucero abrió el partido y Tarragona lo liquidó en el segundo tiempo. El descuento de Garro le dio vida al rojinegro, pero no alcanzó.
Fue la cuarta derrota consecutiva en el Coloso Marcelo Bielsa del equipo de Fernando Gamboa. Un estadio que en su momento supo ser sinónimo de fortaleza.
La Lepra arrancó con la efervescencia que se contagiaba desde la tribuna tras tanto tiempo de ausencia. Sin embargo, lo primero que ocurrió en el partido fue el gol de Vélez. Desborde desde la izquierda, Lucero le ganó a Negri y la Lepra perdía desde el arranque.
La ilusión de arrancar con el pie derecho se esfumó enseguida. Había que empezar a remar contra la corriente. El equipo de Gamboa tuvo un par de claras, pero una de Scocco que tapó brillantemente Hoyos fue la que el público más cerca vio del regreso del grito más esperado.
A los 44, cuando los suplentes salieron a calentar, bajó por primera vez el “olé, olé, olé, olé, Maxi, Maxi”. Pero los hinchas tuvieron que esperar hasta los 9 del complemento para ovacionar a su ídolo, ya dentro del campo de juego.
De todos modos, Newell’s nunca pudo torcer el rumbo del partido. Emparejó el trámite por empuje y hasta estuvo cerca de empatarlo con una media vuelta de La Fiera. Igualmente, Vélez siguió mostrando que colectivamente era superior al rojinegro.
Por si fuera poco, el equipo de Gamboa cometió un error infantil en salida cuando trataba de ir con sus últimas fueras contra el arco de Hoyos. Entre Compagnucci y Capasso se la regalaron a Tarragona, el mediocampista hizo lo que se esperaba de él. Puso el 2-0 a siete minutos del final.
Cuando Vélez ya estaba para golear, por esas cosas del fútbol, Newell’s encontró el descuento en un cabezazo de Juan Fernando Garro.
La mueca del final, con Newell’s empujando y el Fortín aguantando y sufriendo más de lo que el trámite mostró, no se condice con la lectura general del partido. El equipo de Gamboa volvió a defraudar, jugó por debajo de las expectativas y ante un rival del prestigio lo perdió sin atenuantes.