El clásico rosarino quedó atrás en lo deportivo, con un empate que le permitió trabajar a ambos DT con tranquilidad de cara a la continuidad de la Superliga. Lo que no deja de hacer ruido son los inconvenientes que trajo aparejada la numerosa impresión y posterior "venta" de entradas de protocolo, que fue por cuadriplicado en Rosario Central para el encuentro frente a Newell's.
Por lo general se emiten 2.500 de estos pases para el Gigante que por contrato el club está obligada a darles a los sponsor y otros invitados sin cargo. Pero una fuente ligada al club reveló que la cantidad impresa esta vez llegó a las 8.000 unidades.
En internet se ofrecían a un valor de 1.800 pesos. Es decir que alguien hizo un negocio paralelo que tuvo un fantástico rédito por un solo partido, ya que con esos precios, la movida superó los 10 millones de pesos. Nada mal para quien no tuvo ningún gasto operativo.
Otro de los puntos que llamó la atención fue la cantidad de tickets de protocolo para el clásico de la ciudad que tenían acceso a los sectores de populares.
La capacidad del Gigante, al menos la habilitada oficialmente por la Municipalidad de Rosario, es de 39.800 personas pero se calcula que el domingo ingresaron aproximadamente 45.000. El Ministerio de Seguridad de la provincia sigue investigando el tema para conocer los pormenores de la mayor concurrencia de público al estadio canalla en los últimos seis años.
Represión policial
Por otra parte, a través de las redes sociales, el responsable de la seguridad en espectáculos deportivos de la provincia, Diego Maio, informó que envió imágenes grabadas por cámaras a la Secretaría de Control para establecer, qué ocurrió con los policías involucrados en los incidentes en las afueras y si hubo un uso excesivo de la fuerza.
El protocolo de cerrar el ingreso al estadio cuando la capacidad está colmada es el mismo de cada partido pero lo que se objeta y repudia es el hecho de haber disparado balas de goma, en forma desmedida, a las más de 5.000 personas que quedaron en las inmediaciones del estadio sin ingresar y con entradas en sus manos.
Todavía sin denuncias formales
Ante consultas realizadas por este medio a varios dirigentes de Central, todos coincidieron en una gran preocupación por el tema. El presidente Rodolfo Di Pollina –quien ya denunció "situaciones de falsificación"– manifestó: "Estamos averiguando todos los datos y ni bien tengamos conclusiones las vamos a informar". Por su parte, el vice Ricardo Carloni dijo que "se está trabajando en lo que paso en el partido, dentro y fuera de la cancha". Y por último, el protesorero Marcelo Facciano se refirió a los damnificados y señaló que "la oficina de socios está trabajando en el tema y atendiendo cada caso en particular de los plateístas que no pudieron ingresar".
Lo que llama la atención es que tres días después del clásico, todavía nadie de la comisión directiva centralista realizó la denuncia correspondiente en Fiscalía.
La maniobra que perjudicó a miles de socios y a la institución de Arroyito –que deberá resarcirlos– fue millonaria y por lo que relataron fuentes cercanas al club, habría varios sectores involucrados en este caso: dentro de la comisión, en Utedyc –entidad que coordina los accesos a la cancha– y policías. Hay expectativa por una intervención de oficio de parte de la Justicia para solicitar pruebas para dar con los responsables y evitar así nuevos perjuicios en un momento tan complicado para la institución auriazul desde lo económico.