Un 29 de enero de 1918 nació en Rosario María Luisa Beatriz Terán, quien varias décadas después sería conocida popularmente como Mary Terán de Weiss. Una de las primeras deportistas argentinas en alcanzar los primeros planos del tenis mundial, aunque no siempre fue reconocida por la historia y hasta fue ocultada y perseguida por su ideología política tras la caída de Juan Domingo Perón en 1955.
A los 7 años comenzó a practicar tenis en el club Rosario Rowing, donde su padre era el encargado del bufet. También era una buena nadadora. A los 15 se animó a cruzar el río Paraná a nado y ser, además, timonel del equipo de remeros del Club Alberdi.
Durante su campaña deportiva, disputó alrededor de 1.100 partidos internacionales, de los cuales ganó 832 (entre singles, dobles, damas y dobles mixtos). De estos triunfos, 28 fueron en certámenes internacionales, entre ellos el Plate de Wimbledon.
Teran de Weiss fue número uno de Argentina en 1941, 1944, 1946, 1947 y 1948, desplazando en esos años a Felisa Piédrola, su máxima rival en el país. Ganó dos medallas de oro y una de bronce en los primeros Juegos Panamericanos disputados en Buenos Aires en 1951, siendo una de las grandes figuras de ese torneo.
Venció a las mejores de su época, menos a Althea Gibson, primera tenista negra en obtener Wimbledon, en 1957. Y fue la primera top ten argentina, así la clasificaron los periodistas británicos encargados del ranking en 1950.
Sin embargo, su figura fue proscripta tras la caída de Juan Domingo Perón en 1955. Según rememoró el medio Tiempo Argentino, Terán de Weiss se encontraba jugando el Abierto de Alemania Occidental cuando se produjo el golpe de Estado. Los militares de la “Revolución Libertadora” llamaron a los organizadores para que se le prohibiera seguir en el torneo. “Adhiere al régimen depuesto”, dijeron. En Argentina, mientras, le confiscaron el departamento de Belgrano y un negocio de ropa deportiva. Se mantuvo en el exilio en España.
A pesar de los pedidos de la Asociación Argentina de Tenis (AAT), intervenida por los militares, la Federación Internacional de Tenis le permitió jugar torneos por Europa. La prensa argentina omitía sus triunfos.
Regresó en 1959, con Arturo Frondizi en la presidencia, y sólo River Plate le abrió sus puertas para practicar tenis, aunque fue víctima de un boicot realizado por sus oponentes. Tras cinco años de persecución, publicó una carta en la revista El Gráfico y un tiempo después, se retiró de la actividad.
“Había un poco de abuso de poder y se ganó antipatías –cuenta Roberto Andersen, autor de la biografía Mary Terán de Weiss–. Pero, por otro lado, ella evitó que la CGT hiciera asados en las canchas de tenis y muchos otros males mayores”.
“Si a Evita no le perdonaban ser mujer –dijo Terán de Weiss, según cita la periodista Liliana Morelli en su libro Mujeres deportistas–, conmigo no iba a ser menos. Yo, además de peronista, era una mujer que había logrado destacarse mundialmente en un deporte que, acá, era exclusividad de una élite masculina y esas cosas en este país no se perdonan”.
Mary Terán se suicidó en 1984 en Mar del Plata, a sus 66 años. Su recuerdo se multiplicó con el correr de los años y desde los 2000 en adelante surgió un movimiento destinado a recuperar su memoria. De hecho, el estadio del Parque Roca en la Ciudad de Buenos Aires lleva su nombre desde 2007, gracias a una ley de la Legislatura porteña, y en Rosario, su ciudad natal, también una calle del barrio La Cerámica. Además, el club Rowing la recordó en más de una oportunidad y el Concejo Municipal la declaró “deportista distinguida” en 2012.