Santa Fe es el lugar de origen y de las operaciones de mayor peso de Vicentín. Sin embargo, la representación política provincial estuvo afuera de la decisión de intervenirla e iniciar un proceso de expropiación que este lunes lanzó el presidente Alberto Fernández.
De hecho, cuando ya la oposición había expresado su rechazo a la movida, los dirigentes oficialistas santafesinos todavía masticaban el anuncio presidencial. Luego, públicamente, sí expresaron su respaldo. Pero fuera de micrófono había también quienes manifestaban su malestar por la forma: no solo por prácticamente enterarse por los medios sino también por la puesta en escena del anuncio, sin ningún representante de Santa Fe y con un lugar protagónico para la senadora mendocina Anabel Fernández Sagasti, quien según dijo Fernández trabajó con él y el ministro de Desarrollo Productcivo, Matías Kulfas, el proyecto legislativo de expropiación y fue quien acercó la idea.
Vicentín tiene en Mendoza una bodega de vinos premium. Una unidad económica menor si se la compara con el movimiento que generan sus plantas y puertos en la provincia de Santa Fe. Pero Fernández Sagasti tiene un vínculo político con el jefe del Estado mucho más cercano que cualquier dirigente de Santa Fe.
Para la administración Perotti era una preocupación enorme la situación de Vicentín, por el rojo que la firma había generado, ante la cesación de pagos, en el sector productivo y porque peligraban cientos de fuentes de trabajo. Esto llevó a que el senador nacional Roberto Mirabella, voz del gobernador en el Congreso, expresara que la decisión "trae alivio y certidumbre para cientos de productores y trabajadores. El rescate de esta empresa es clave para la provincia".
Por lo bajo, otras fuentes del peronismo provincial señalaban también la decisión como correcta, pero sin dejar de señalar que ahora hay que trabajar para que Santa Fe tenga participación en el proceso que se abre, por el momento conducido desde la ciudad de Buenos Aires.
En todo caso, algo parece haber acelerado la decisión presidencial. Una hipótesis, publicada en el ortal Letra P, señala en este sentido el hecho de que el ex ministro menemista José Luis Manzano estaba armando con jugadores de peso del sector agroindustrial, de capitales extranjeros, un fondo de inversión para quedarse con la compañía. Y la decisión fue que no se produjera una internacionalización de la misma.