Terminal Puerto Rosario (TPR) no acató la conciliación obligatoria decretada este miércoles por el Ministerio de Trabajo de la Nación y por eso los muelles rosarinos siguen este jueves sin actividad.
El lock out empresarial sorprendió a los estibadores, que al mediodía habían realizado una asamblea en la que, por unanimidad, decidieron acatar la conciliación laboral y volver a trabajar, pese a que se les debe parte del salario de noviembre y no se les abonarán los días caídos durante la huelga.
Al encontrarse con el ingreso prohibido, el sindicato (Supa) denunció la situación al Ministerio de Trabajo, y a primera hora de la tarde inspectores de la cartera laboral se presentaron para constatar que el personal tenía bloqueado el ingreso.
Las primeras explicaciones oficiales sobre la decisión de la empresa se centran en la postura de mantenerse firme con el despido del personal al que acusan de haber insultado y amenazado a los directores y de poner en riesgo equipos de la terminal.
La medida tomó por sorpresa al gremio, al Ente Administrador del Puerto de Rosario y a los funcionarios del Ministerio de Trabajo ya que la conciliación fue definida ayer, luego de una extensa reunión en Buenos Aires, y tenía vigencia por 20 días.
Como el conflicto laboral (disparado por el pedido de reapertura paritaria) no se solucionó (si bien hubo algunos avances), la conciliación obligatoria fue definida para que las negociaciones se realicen en el marco de “paz social” y para que la actividad portuaria no siga parada, con todo el daño que eso genera para las empresas que operan por los muelles de la ciudad.
“Esto es muy grave. No entendemos qué quiere TPR. Está desobedeciendo una decisión del gobierno nacional. Los trabajadores habían decidido volver a las funciones sin cobrar como señal del interés por lograr un acuerdo”, despotricó César Aybar, secretario de Supa Rosario.
Las partes habían quedado para volver a juntarse el martes en Buenos Aires. Pero con esta situación, la tensión social puede escalar en la próximas horas.