El frigorífico Black Bamboo, ubicado en Hughes, Santa Fe, comunicó que la semana que viene paralizará su faena como consecuencia del cepo a las exportaciones que impuso el gobierno nacional con el objetivo de bajar precios de la carne en el mostrador.
Desde la compañía explicaron que con un cepo del 50% más algo más de algunas cuotas no se puede trabajar todo el mes, y se debe parar la faena al menos entre 1 o 2 semanas, según cita el portal especializado en noticas agropecuarias Bichos de Campos.
Esta planta frigorífica está muy orientada a la exportación y la decisión del gobierno de frenar las ventas al extranjero le pegó de lleno, ya que el 40% de lo que produce tiene como destino China, otro porcentaje exporta a Israel (país que realiza compras en determinados momentos del año), vende algo a la Unión Europa en el marco de la Cuota Hilton y por fuera de ella, y luego integra el resto de los cortes de la media res con la venta en el mercado doméstico, que absorbe apenas el 20/22% de lo que produce.
Su capacidad de faena es de 700/750 animales diarios, pero estaban procesando 500 en las últimas semanas. La faena de agosto fue de 11.000 cabezas, porque realizaron algo de kosher, pero en adelante la baja será mayor porque los rabinos que certifican ese tpo de carne para Israel ya dejaron el país. Funcionando a tope la empresa puede procesar casi 15 mil animales así que en agosto produjeron un 25% menos de sus posibilidades.
Hasta la renovación del cepo de las exportaciones (a fin de agosto se decidió extenderlo hasta el 31 de octubre) tanto Black Bamboo como otros firmas venían tratando de mantener sus niveles habituales de trabajo mientras acumulaban stocks de carne, a la espera de una liberación de las ventas a los mercados internacionales.
“Pero eso no sucedió, sólo dieron una cuota de 3.500 toneladas para Israel y el resto sigue igual. En estas condiciones no se puede seguir, hay limitantes logísticas porque no se puede seguir acumulando carne y también financieras porque si no vendés no podés pagar la mercadería. Estamos abarrotados de stocks, llevamos carne a diferentes cámaras pero no podemos hacer más”, explicaron las fuentes a Bichos de Campo.
Desde la empresa se mostraron preocupados por la situación y destacaron que “es una verdadera lástima lo que está pasando porque estábamos en pleno proceso de inversiones: la empresa estaba construyendo un nuevo túnel de congelado”.
Agregaron que el panorama por delante es oscuro, pues no se sabe si el cepo vino para quedarse y si en el futuro el gobierno puede tomar más medidas restrictivas sobre el mercado ganadero. Hay quienes piensan que más tarde o temprano se deberá producir en el mercado una actualización de los valores del ganado, que ya se están atrasando. Se teme que en ese caso el gobierno salga con intervenciones más drásticas, como las que en su momento lideró Guillermo Moreno, con precios máximos a la hacienda y a la carne, entre otras medidas.
La empresa tiene 600 empleados y según allegados está en una especie de proceso de restructuración, debido a las limitaciones que impuso el gobierno. Por ahora no hubo despidos, pero lo que se está haciendo es adelantar vacaciones y pagar la garantía horaria, que implica un mínimo de 140 horas mensuales. Para los operarios, esto significa una reducción del sueldo de cerca del 30%.