Los gremios aceiteros iniciaron en la madrugada del martes un paro nacional en rechazo a la oferta paritaria de las empresas y como parte de un plan de lucha contra la reforma de Ganancias que impulsó el gobierno y que les impacta duro. La medida de fuerza provoca un caos logístico en las rutas de acceso a los puertos porque los camiones no pueden avanzar por los piquetes. Hay unos 5.000 camiones que están llegando este martes a las fábricas del cordón.
Para los gremios, es insuficiente la oferta paritaria de subir un 10 por ciento y luego otros 5 por ciento porque reclaman una suba del 25%. Y además advierten que por el aumento de Ganancias muchos trabajadores pasan, en la práctica, a cobrar menos.
El 24 de julio, los gremios (Sindicado Aceitero de San Lorenzo y Federación Aceitera) hicieron un plenario conjunto en el que definieron un plan de lucha, que incluía la realización de medidas de fuerza.
"Tras ocho horas de negociación este lunes, recibimos de parte de los representantes patronales de las cámaras una respuesta a la vez insuficiente y provocadora. Va en línea con la gestión de un gobierno nacional que busca la destrucción de los salarios, que diariamente son devorados por la liberación de precios de todos los productos que consumimos, constituyendo la base de su política económica", sostuvo la Federación Aceitera, que aclaró que el paro es por 24 horas.
Por su parte, las industrias aceiteras rechazaron la medida de fuerza y sostuvieron que no tienen fundamento. "La industria aceitera tuvo en 2023 el peor año de su historia sin resignar ni un solo puesto de trabajo. Este año nos comprometimos a que ningún trabajador pierda en relación con el avance de la inflación. De hecho, al día de hoy ya se dio un 77% de aumento (la inflación del año) y ahora ofrecemos un 10 por ciento y luego otros 5, de modo de proteger el poder adquisitivo de los trabajadores en los próximos meses", señala un comunicado de la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara).
"Actualmente, más del 60% tiene ingresos mensuales por encima de los 2.8 millones de pesos. Sin embargo, los sindicatos no aceptan y presionan por un aumento mayor y por el impacto de Ganancias, que claramente es un problema ajeno a la industria; es un impuesto y como todo tributo, aprobado por el Congreso, se debe pagar", agrega la entidad.
"Lamentablemente, los trabajadores deberán afrontar las consecuencias de estas decisiones sindicales, dado que cada día sin trabajar es un día menos de salario a fin de mes. Llamamos a los líderes sindicales a levantar la medida rápidamente, a volver a la mesa de negociación de las paritarias y evitar planteos políticos que son ajenos a la realidad de una industria que paga salarios muy por encima de la media nacional", completa Ciara.