Una vez consolidada su posición en el mercado regional, empezó a desarrollarse en mercados más de nicho. Fue así que incorporó también la fabricación de productos para torres eólicas. “En esa línea, en 2021 se decidió desarrollar chapa grado A para completar el portafolio de productos viendo que se trata de un insumo para un sector estratégico que sólo se abastece de chapa importada como es la industria naval. Con la fabricación nacional de la chapa grado A, que iguala en calidad, tiene todas las certificaciones que exigen los clientes y un mejor precio que la internacional, no sólo le estamos dando más competitividad a la industria naval argentina reduciéndolo costos, sino que además logramos que se reduzca la demanda de dólares para la importación”, dijo a Rosario3 el presidente y CEO de la empresa, Juan Pablo de Martino.

El empresario insistió con que la sustitución de importaciones está en la génesis y ADN de la empresa y por eso no escatimó críticas contra el gobierno anterior de Juntos por el Cambio. “En el 2015 teníamos el 75% del mercado en el que trabajamos, pero caímos al 48 entre 2016 y 2017 y el ingreso de importaciones significó menos producción y empleo”, recordó.

La empresa, ahora está en recuperación de producción y market share, buscando hacer pie en nichos de mercado. “Para fin de año queremos poder estar produciendo la chapa especial que se necesita para los gasoductos convencidos de que, de la mano de Vaca Muerta, todo el desarrollo del gas y petróleo no convencional será muy importante para la Argentina”, anticipó.

De Martino proyectó que la industria cerrará un muy buen año de alta producción y descartó que haya problemas serios en el abastecimiento de gas y electricidad. En esa misma línea se expresó también Kulfas, quien criticó “a los analistas agoreros de siempre”.

Hidrovía, asignatura pendiente

La decisión de incursionar por la fabricación de chapa naval obedece a que no hay competencia nacional pero también a que la industria naval está en plena actividad y con proyecciones de crecimiento. Así lo aseguró, Silvia Martínez, titular de la agrupación empresaria del sector, quien explicó que la demanda viene sobre todo de embarcaciones para el sector pesquero que operan en el mar. Y es que, por el contrario, la actividad de la industria naval vinculada al frente fluvial (y es la que tiene base sobre el Paraná) está en crisis por la competencia de los astilleros paraguayos.

Precisamente, Martínez aprovechó su discurso –en el que resaltó el apoyo del gobierno nacional y felicitó a la empresa por la fuerte inversión- para pedirle a Kulfas que –aprovechando los cambios en la administración de la hidrovía- se tomen medidas para impulsar el trabajo de los astilleros que fabrican y reparan barcazas para uso fluvial.

“La asignatura pendiente es recuperar la bandear argentina en las embarcaciones. Tenemos, como país, un 2% de participación en el transporte por la hidrovía. Por el canal troncal de navegación, se exporta la producción agroindustrial de Argentina y Parguay pero ninguno de los barcos que pasan tienen bandera argentina”, se lamentó. Y sin navieras argentina, no hay industria de fabricación y reparaciones de embarcaciones. “Se debe poner el foco en las asimetrías tributarias con otros países del Mercosur que nos hacen perder mercados”, resaltó.

Gestiones por el astillero de Alvear