El broker inmobiliario Andrés Lux será imputado esta tarde en el Ministerio Público de la Acusación (MPA) por ocho estafas. Junto a Andrés Lux, también serán imputados Aldo Lux (el padre) y un empresario constructor de la ciudad, que también jugaron un papel en algunas de las estafas denunciadas.
Lux está detenido desde la semana pasada luego de que la Justicia realizara ocho allanamientos en busca de documentación para la causa. La defensa del broker inmobiliario pedirá que el detenido recupere la libertad mientras dure el proceso, un pedido al que los jueces suelen dar respuesta favorable con algunas condiciones como el pago de una fianza (caución), la prohibición de salir del país y presentarse regularmente en Fiscalía, entre otros requerimientos.
El operador inmobiliario está al frente de Lux Negocios Inmobiliarios y, presuntamente, es el titular de una mesa de dinero informal, defaulteó a fin de 2023 dejando un tendal entre familiares, amigos y padres de los compañeros de escuela de sus hijos en colegio Inglés.
Lux atraía inversores de su entorno con el supuesto negocio de ingresar a fondos comunes que armaba para comprar viviendas para reciclar que luego vendía a buen precio, generando así un fuerte retorno. Las tasas de interés que prometía eran muy superiores a la media de un negocio financiero y mucho mayor que a la renta de un negocio de compra-venta de inmuebles.
El negocio funcionó un tiempo hasta que dejó de abonar los intereses y tampoco devolvió los fondos depositados.
Familiares directos
Y en ese lote de denuncias que se presentaron en el MPA, hay una que afectó a un familiar bien directo (un primo) al que le tomó dinero para invertir en la compra, reciclado y venta de un departamento, pero además habría engañado.
Según la denuncia, cómo ni el dinero ni el inmueble aparecían, y luego de padecer todas las dilaciones posibles, el familiar le reclamó que le devuelva el dinero entregándole otras de sus propiedades. Lux accede y firma boletos de compraventa de un departamento que estaba a su nombre y otro a nombre de su padre, igualando así el dinero originalmente invertido.
Pero como Lux insistía con que en 90 días podía conseguir el dinero, las partes firman ante escribano público un documento en el que acuerda que el traspaso de titularidad recién se concretaría si una vez vencido ese plazo no le habían devuelto el dinero al inversor.
Según la denuncia, el dinero no apareció y cuando el acreedor al día 91 va a accionar el acuerdo para quedarse con las escrituras salta que uno de los dos departamentos (el que formalmente estaba a nombre del padre) había sido vendido a un tercero el mismo día en el que firmaron el acuerdo de pago con el primo.