La titular del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, afirmó este martes que el gobierno argentino "quiere hacer lo correcto para su pueblo", en relación con el proceso de renegociación de la deuda abierto con los bonistas.

"Veo a un Gobierno que quiere hacer lo correcto para su pueblo y por su papel en la región y la economía mundial", dijo Georgieva al ser consultada sobre el proceso de reestructuración de deuda durante un seminario virtual organizado por Financial Times.

"Estamos muy interesados en apoyar a la Argentina en su lucha contra la doble crisis; la crisis del coronavirus y el problema de la sostenibilidad de la deuda, eso es claramente bastante grave", añadió.

Luego de excusarse por no poder pronunciarse acerca de si los bonistas deberían aceptar o no la oferta, porque "es (un asunto) entre Argentina y sus acreedores", volvió sobre la posición del Fondo respecto a que la deuda argentina es "insostenible".

"Lo que hemos declarado claramente es que la deuda no es sostenible. Y es de interés para todos que Argentina avance hacia la sostenibilidad de la deuda", sentenció.

En cuanto al programa que el Fondo suscribió con la Argentina en 2018, Georgieva aclaró: "todavía lo tenemos en realidad (vigente), aún no se ha cancelado".

Ahora "estamos esperando", agregó la directora gerente del Fondo Monetario Internacional.

La titular del FMI consideró que la entidad, como prestamista de ultima instancia, "asume riesgos", al ser consultada sobre si había sido un error del organismo prestarle a la Argentina 44.000 millones de dólares durante la administración de Mauricio Macri.

"El FMI evalúa las perspectivas,teniendo en cuenta claramente que hay riesgos involucrados, pero es nuestro trabajo como prestamista de último recurso darles la oportunidad a las economías de tener éxito, y es nuestro deber para con la membresía responder a las solicitudes que trabajan con ese reconocimiento de que nosotros, como prestamista de último recurso, estamos en una posición más riesgosa", señaló.

Y continuó:"Ahora estamos esperando. Y lo que veo en Argentina es en realidad un gobierno que quiere hacer lo correcto por su propia gente y por su papel en la región y la economía mundial", concluyó la funcionaria.

Por una contraoferta razonable

 

Por su parte, el Premio Nobel Joseph Stiglitz, considerado un crítico del Fondo Monetario, elogió la actitud que tomó la entidad multilateral con la Argentina e insistió en que los tenedores de deuda deben presentar una contraoferta razonable para evitar otro impago.

"Por lo general, el país deudor no tiene una idea de a dónde va, los acreedores lo intimidan y, por lo general, el FMI a menudo ha actuado como una agencia de cobro de los acreedores", dijo Stiglitz.

“Esta vez, el FMI ha jugado un papel muy constructivo aquí. Mi lectura es que los acreedores no están acostumbrados a eso", ahondó el premio Nobel en una entrevista con la agencia Bloomberg.

El profesor de la Universidad de Columbia, que lideró la publicación de una carta con la firma de más de 130 economistas prestigiosos de todo el mundo en apoyo de la oferta de deuda argentina, advirtió que los acreedores pueden socavar la confianza en los mercados internacionales de deuda al "jugar duro" en medio de una pandemia global.

"Si los acreedores no presentan una oferta sostenible, Argentina no tiene otra opción; son los acreedores los que realmente están manejando el incumplimiento aquí", dijo Stiglitz en la entrevista, y agregó que el país ha dejado en claro que no quiere dejar de pagar sus deudas. "Si ocurre, será decisión de los acreedores".

Stiglitz agregó que un incumplimiento en Argentina repercutiría globalmente entre otras naciones deudoras que ya están anticipando posibles reestructuraciones, debido a que el virus obliga a los países a cerrar sus economías. Advirtió que podría hacer que los países sean reacios a comprometerse con acreedores extranjeros en el futuro.

"Nadie querrá tratar con estos tipos", aseveró.

La Argentina pospuso la fecha de cierre del canje de deuda para el próximo 22 de mayo, momento en que vence el plazo de gracia para abonar 503 millones de dólares en deuda emitida bajo legislación extranjera.