“Ministro, tiene que terminar con esta distorsión. Es discriminatoria, afecta la libre competencia y va en contra de las empresas privadas”.
El ministro que escuchaba la propuesta era ni más ni menos que Federico Sturzenegger, a cargo de la cartera de Desregulación del Estado. Y su interlocutor era uno de los principales acopiadores santafesinos.
La reunión privada, que fue un solicitada por el empresario, ocurrió hace un mes en Buenos Aires y en ese mano a mano el acopiador le pudo explicar en detalle a Sturzenegger por qué el gobierno debe quitarle la exención en el pago del impuestos de Ganancias a las cooperativas cerealeras, sobre todo a las medianas y grandes que tienen negocios diversificados.
Sorpresa y media
Ajenos a esa conversación, los acopiadores santafesinos se desayunaron el pasado jueves 7 de noviembre cuando se enteraron por la prensa que el gobierno provincial dispuso en el proyecto de Ley Tributaria para 2025 que las cooperativas agropecuarias que industrializan cereales (harina, balanceados, aceites) y operen menos de 360.000 toneladas quedan exceptuadas de pagar Ingresos Brutos en Santa Fe a partir de 2025.
En rigor, esa exención ya rige, pero antes las cooperativas tenían que cumplir dos parámetros: ingresos y toneladas. Ahora, al eliminarse el requisito de ingresos, y dejarse sólo un límite de toneladas, más cooperativas pueden ser alcanzadas por este beneficio.
Los acopiadores, como no podía ser de otra forma, pusieron el grito en el cielo. El Centro de Acopiadores de Cereales y Oleaginosos de Santa Fe y la Sociedad Gremial de Acopiadores de Granos emitieron un comunicado conjunto en el que expresaron su "más profunda preocupación"
"Dicha exención, de ser aprobada, resultaría altamente inequitativa, ya que se estaría eximiendo a un sector exclusivamente por su tipo societario, cuando hay una enorme cantidad de acopios de granos en la provincia que efectúan igual tarea y deberían tributar el impuesto por el solo hecho de estar constituidos como S.R.L. o como S.A., o ser simples personas humanas", afirmaron las entidades empresarias.
"¿Es necesario resaltar que uno de los pilares del Estado de Derecho es la igualdad ante la Ley? De existir una exención, ella debe aplicarse a todos los que realizan la misma tarea, de lo contrario sería el propio Estado el que generaría asimetrías en el mercado y favorecería a un sector en detrimento de otro exclusivamente por su figura societaria, desanimando además a una actividad que como ya mencionamos es creadora de capital, trabajo e ingresos fiscales", propusieron los acopiadores.
¿Quien fue?
En paralelo a las gestiones por evitar que se apruebe el cambio, que incluyen pedidos de reuniones con legisladores y contactos ya realizados con funcionarios, a los acopiadores les desvela saber quién fue el “padre de la criatura”. El tema los desorienta porque las grandes cooperativas, que son para el sector “los sospechosos de siempre”, quedarían alcanzadas.
También hay cierta molestia porque incluso quienes tienen trato regular con el equipo económico de la provincia, como los ejecutivos de las Bolsas de Comercio de Rosario y Buenos Aires, nunca habían sido noticiados.
No en vano, aprovechando la última reunión de Consejo Directivo de la Bolsa, el martes pasado, los acopiadores pasaron revista por todos los sectores para ver si daban con el rubro que había gestado la movida, pero no hubo caso. Incluso, en esa reunión, los ejecutivos de la Bolsa que participan de las mesas técnicas impositivas con la Provincia contaron que no habían sido avisados.
A los acopiadores el cambio le pega duro porque muchos de ellos hacen alimentos balanceados para ganado, ya que en rigor el almacenamiento dejó de ser el principal sostén del rubro siendo los servicios y los insumos que pueden vender en la actualidad el principal negocio.
Las razones son otras
Pero, ante la consulta de Rosario3, desde el gobierno santafesino dieron vuelta el escenario. Y sostiene que la medida se toma, precisamente, para revertir una injusticia. Según aseguran, ocurre que con la normativa actual hay un sólo molino cooperativo que paga Ingresos Brutos, y eso les genera una diferencia competitiva en contra del resto que es tremenda.
¿De quién están hablando? Del molino harinero de AFA, que al tomarle ahora la facturación total de AFA y no la del molino quedaba alcanzado con Ingresos Brutos. Al tomarse, si se aprueba el cambio, sólo el volumen procesado, dejarían de estar alcanzados por ese impuestos.
“Con el cambio, todos los molinos harineros competirán en igualdad de condiciones”, deslizan desde la Casa Gris ante la consulta de Rosario3.
Y, no por nada, el alto funcionario consultado pide el off the record, y es que sostiene que -a diferencia de muchos jugadores privados del sector molinero- la cooperativa dueña del molino trabaja 100% en blanco.
Entonces, el problema no son los acopios, sino con los molinos harineros. Y, según admitió hace tres años el presidente de la Federación de la Industria Molinera, Diego Cifarelli, en la tradicional cumbre cordobesa del trigo, "el 30 por ciento del negocio harinero es en negro", lo que supone que toda la cadena -del chacarero a la panadería- tiene un 30% de facturación escondida que no tributa impuesto alguno.
Y, a diferencia del gobierno nacional que trata a los evasores como “héroes”, si hay algo que le molesta mucho al equipo económico provincial es la evasión de impuestos, sobre todo en sectores productivos pujantes.
No es tema menor el de la operatoria en negro. Hay un convencimiento, tanto en el gobierno provincial como en los legisladores santafesinos, que las cooperativas son mucho mejor cumplidoras impositivas que los actores privados del agro. Y eso talla en la decisiones que finalmente toman en materia fiscal.
¿La salida?
“Te venimos a pedir una reunión para intentar frenar el cambio, pero no sabemos si fuiste vos el que lo propuso”, le deslizó con ironía el presidente de la Sociedad Gremial de Acopiadores, Felix Redolfi, al senador departamental, Estéban Motta, quien proviene del cooperativismo federado.
El encuentro fue en el marco de la gira, bautizada BCR en Territorio, que hace la Bolsa de Rosario por localidades en el interior para acercar la institución (junto con sus mercados y servicios) a las economías regionales, que esta semana llevó a toda la institución bursátil a El Trébol. El legislador, que comprende muy bien la problemática, prometió al acopiador buscar con sus pares una salida en los 20 días de negociación que se vienen.
Por práctica legislativa, la ley tributaria ingresó al Senado y el presupuesto fue enviado a Diputados. Cada cámara analizará su ley (en conversación con la otra) y la aprobación será conjunta (esto es: lo que se defina en la Cámara de orígen es lo que se queda).
Ahora bien: ¿cuál podría ser la salida? Una posibilidad que vislumbran algunos legisladores es que el corte no sea por figura jurídica sino por tamaño dejando el beneficio sólo al segmento pyme, ya sea cooperativa o empresa privada. Incluso, otros legisladores le suman que también se debería bajar el volumen procesado, que les parece demasiado.
Quienes seguro pondría el grito en el cielo si se decide darle la exención sólo a las pymes serían las grandes empresas, por ejemplo de fabricación de alimentos balanceados que hay instaladas en Santa Fe.
El contra golpe
El mayor tonelaje que se espera para la próxima campaña siempre es una buena noticia para el agro. Más que el precio, los distintos actores siempre miran antes el volumen. Pero pese a ese respiro, la situación es compleja para los acopiadores. Por un lado, ven cómo grandes exportadores multinacionales arman acopios en el interior y a fuerza de comisión cero se llevan clientes. Y por otro lado ven como las cooperativas arman centros de venta de insumos que también le compiten en el negocio del abastecimiento a productores.
Y que ahora tengan una ventaja en Ingresos Brutos en Santa Fe fue la gota que hizo rebalsar el vaso. Y cuando el vaso rebalsa no rebalsa una gota. Por eso, desde la propia Federación de Acopiadores, que reúne a todas las entidades a nivel nacional, salieron a pegar fuerte adonde más le duele a las cooperativas: la exención que tienen en el pago del impuesto a la Ganancias. Y el contexto, a diferencia del pasado, no les favorable a las cooperativas porque a nivel nacional hay un gobierno poco amigo de las regulaciones y fanático de la empresa y de la inversión privada.
“Las cooperativas están en una posición tremendamente agresiva. Tienen 8/10 dólares de diferencia con nosotros por no pagar Ganancias con la que es imposible competir; nos deja afuera y eso no puede ser. Además, ACA está poniendo esos centros de distribución de agroquímicos compitiendo con las mismas cooperativas, generando bronca en las propias cooperativas”, le dijo a Rosario3 un importante acopiador de la provincia de Buenos Aires que prefirió el off the récord.
“Son grandes empresas aseguradoras, tienen bancos y son comericializadoras de granos que tienen negocios diversificados como las multinacionales; no tienen nada de cooperativas”, se quejó otro acopiador, en este caso del este cordobés, que también pidió el off the record para expresarse.
Al hueso
La Federación de Acopiadores elevó al ministro de Desregulación y Transformación del Estado de la Nación, Federico Sturzenegger, una carta en la que propone que se analicen las distorsiones al mercado de granos producto de la exención del Impuesto a las Ganancias a las empresas organizadas bajo la forma de cooperativas.
“Ellas compiten con nuestros asociados en un mercado granario de grandes volúmenes y márgenes muy reducidos”, dicen los acopiadores en una carta enviada también al ministro de Economía, Luis Caputo, a la presidente de la Cámara de Senadores de la Nación, Victoria Villarruel, al presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Martín Menem, y los presidentes de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Agricultura de ambas cámaras.
En la misiva, la Federación de Acopiadores expresa que “esta exención genera inaceptables discriminaciones en contra de las empresas no cooperativas y competidoras, quebrantando el art. 16 de nuestra Constitución Nacional que consagra el principio de igualdad como "base del impuesto y de las cargas públicas”. Y continúa: “La exención comentada atenta contra la asignación eficiente de los recursos productivos que en lugar de utilizarse de acuerdo con su productividad marginal, se lo hace siguiendo meras preferencias impositivas. Cuando se atenta contra la productividad se afecta el crecimiento de la economía”.
Además, insisten en una afirmación “que parece elemental pero muchas veces es olvidada”, haciendo referencia a que “empresas de igual actividad deben estar sujetas al mismo tratamiento impositivo en cualquier jurisdicción”. En esa línea, los acopiadores remarcaron que “es necesario terminar con privilegios y discriminaciones impositivas entre empresas de una misma actividad”.
“Cuesta mucho entender que empresas cooperativas comercializadoras de granos, insumos, industrializadoras de aceites, harinas, biocombustibles, exportadoras, frigoríficos, dueñas de puertos, bancos, compañías de seguros y supermercados estén eximidas de pagar impuestos a las ganancias cuando sus competidores no cooperativos y hasta los trabajadores en relación de dependencia de dichas cooperativas deben tributar”, afirman, y se preguntan cuáles pueden ser los fundamentos económicos que sostienen tal eximición.
“Las respuestas mayoritarias afirman que las cooperativas no persiguen fines de lucro en el marco de actos cooperativos y organización basada en “el esfuerzo propio y la ayuda mutua. Frente a esta respuesta surge también la siguiente pregunta: ¿Si las cooperativas no tienen lucro (ganancias) cuál es la razón para solicitar la exención del impuesto a las ganancias? No conocemos respuestas con argumentaciones robustas a esta pregunta”.
“Conviene detenernos en este punto y afirmar que si bien las empresas cooperativas no persiguen fines de lucro según expresa la doctrina, lo cierto es que las utilidades (“excedentes” en el lenguaje cooperativo) existen. Por lo tanto, dada su existencia, alguien tiene que ser el dueño de dichas utilidades (excedentes). En este caso las utilidades excedentes corresponderán a las cooperativas o a sus socios, no hay otra posibilidad. Si no fuera así habríamos encontrado el “limbo” de las utilidades sin dueños. Queda claro entonces que el dueño de las utilidades será responsable del pago del impuesto a las ganancias”, agregan.
Entonces, resaltan, “si estos excedentes, dado su ausencia de fines de lucro no fueran de las cooperativas, va de suyo que pertenecerán a sus socios. En este caso las cooperativas serán responsables sustitutas del ingreso del impuesto a las ganancias a cargo de sus socios y en ese carácter deberán ingresar la carga tributaria del total de los excedentes. Si por lo contrario, los excedentes en cuestión fueran de las cooperativas no hay duda alguna que ellas deberán tributar e ingresar la carga impositiva no pudiendo existir otro tratamiento (exenciones)".
La defensa
La disputa por Ganancias entre empresas privadas y cooperativas es de muy larga data, y cada tanto se aviva.
El tema es que ahora, como no ocurrió antes a nivel nacional, hay un gobierno que no lo seduce el discurso cooperativista. Eso no significa que pueda haber cambios, pero al menos anima a los acopios a ponerlo sobre la mesa
Ante esta avanzada, como en el pasado, en mundo cooperativo presenta batalla con dos argumentos
1) El excedente de la cooperativa se reparte entre sus asociados y ellos pagan ganancias por ese retorno.
2) Además las cooperativas pagan un impuesto que las sociedades no abonan que es el Impuesto al Patrimonio. Y aclaran que años como estos es más alto que el impuesto a las Ganancias.
La visión de Stuzenegger
El cálculo que hacen en la Federación de Acopiadores es que el gobierno nacional deja de recaudar 730 millones de dólares por año por la exención en Ganancia a las cooperativas. Y ese número le quieren acercar a Sturzenegger, y su par de Economía, Luis Caputto, para que lo analicen ya que coinciden en desregular y al mismo tiempo mantener el superávit fiscal.
El acopiador santafesino se fue con buenas expectativas de la reunión que tuvo con Sturzenegger. Vio la cabal comprensión del ministro acerca de la problemática y el interés por buscar una salida. También que no hay temor en el gobierno de revocar privilegios que para el gobierno supongan desigualdades que distorsionan el libre juego de la oferta y la demanda.
Pero hay un problema. El ministro es conocido por los decretos de desregulación que publica semana tras semana. Pero en este caso mucho no puede hacer. Es que para cambiar la ley que exime a las cooperativas de Ganancias se necesita otra ley. Y hoy las fuerzas libertarias en el Congreso no tienen la potencia suficiente. Así que habrá que esperar a ver qué pasa en las elecciones del año próximo. La batalla seguirá.