Luego de la sequía histórica del 2020, el Río Paraná está registrando una nueva bajante extraordinaria, agravada en las últimas semanas, y poniendo en riesgo un momento clave para la actividad agroexportadora argentina, ya que coincide con el inicio de la temporada fuerte de exportación de buques cargados con productos agropecuarios hacia al mundo.
Ocasionada fundamentalmente por las sequías del sur de Brasil, actualmente el río presenta sólo un metro de profundidad a la altura de Rosario, -desde donde se embarca cerca del 80% de las ventas al exterior de granos y derivados en Argentina-, siendo su media histórica de 3,4 metros para esta época del año, y las previsiones señalan que seguirá bajando.
Esta pérdida de profundidad que presenta la Hidrovía genera complicaciones importantes en la navegación de los buques, y, por lo tanto, pérdidas en su capacidad de carga. Según estimaciones oficiales, durante mayo los barcos deberían cargar un mínimo de 7,2 millones de toneladas de trigo, maíz y harina de soja, sin embargo, como consecuencia de la bajante se reducirían en casi 730 mil toneladas.
Frente a esta situación compleja, Jan de Nul está redoblando sus esfuerzos y llevando adelante tareas de sobredragado de dos pies adicionales de profundidad (50cm) para compensar el bajo nivel del Río Paraná en el menor plazo posible con el fin de aminorar el impacto de este fenómeno y facilitar el tránsito fluvial.
Para lograrlo, la compañía dispuso 5 dragas, y todo su equipo profesional y técnico para trabajar todos los días de la semana y las 24 horas del día con el propósito de garantizar la mayor navegabilidad del río y colaborar con el sector productivo y exportador a mantener su caudal de actividad, en este momento que la industria y el país tanto lo necesitan.