La recurrente polémica, los permanentes cruces y los pocos entendimientos entre campo y gobierno por la injerencia del valor de los granos en el precio final de los alimentos en las góndolas transitan por varios andariveles al mismo tiempo.
Por un lado, hay un frente más político entre la dirigencia rural (que suele estar con los tapones de punta empujado por las bases chacareras que tienen una cuestión de piel contra el gobierno) y la Casa Rosada, que no puede dejar de mirar al agro como opositor desde la crisis de la 125. En ese flanco, la novedad de este miércoles fue que el presidente Alberto Fernández recibió a la Mesa de Enlace y le prometió que no subirá retenciones ni cierre de exportaciones.
Y en paralelo, hay un andarivel más técnico en el que los propios sectores empresarios de la cadena analizan puertas adentro cómo encarrilar diferendos comerciales para quitarle presión a los problemas de abastecimiento y precios en las góndolas, que son los que llevan a que el gobierno intervenga el mercado. También, en esas “Mesas Nacionales”, acuerdan propuestas de medidas para llevarle al gobierno con el consenso de toda esa cadena.
En enero se vendió un 47% más de trigo que en diciembre y un 44% más que en enero del año pasado
Por caso, de la “Mesa del Maíz” salió un entendimiento que, al menor por ahora, bajo la tensión sobre los precios del pollo, el cerdo y los huevos. En rigor, los exportadores (que tenían mucho maíz comprado) salieron a abastecer a las granjas a las que acopios y productores no les querían vender porque no son prolijos pagadores. Al haber aparecido el maíz, se desactivo el lobby de los polleros que pedía el cierre de exportaciones. También de esa mesa salieron algunas medidas técnicas (y otras se reflotaron) para mejorar en el mediano plazo la capacidad de financiamiento de las empresas consumidoras mayoristas de maíz, que todavía están carreteando.
Otro ejemplo de entendimiento interno empresario fue el que lograron exportadores y fabricantes de aceites para el armado de un fideicomiso que compensará a los industriales por no trasladar a góndola todo el aumento de costo del aceite. El dinero saldrá de los aportes de los exportadores (beneficiados por el aumento de precios); todo a cambio de que el gobierno no cierre ventas al exterior de aceites y harinas. Ese fideicomiso entró a regir esta semana.
Según los números que maneja el sector privado, hay suficiente trigo para lograr las previsiones de abastecimiento interno para el 2021
Encarrilada la situación del aceite y algo menos desordenada la situación del maíz, la alta tensión se posa ahora sobre el trigo, con su impacto directo en los precios de los productos panificados.
Este lunes, la “Mesa del Trigo” (de la que participan molineros, exportadores, acopios, productores, fabricantes de fideos, Bolsas, Mercados) tuvo una nueva reunión virtual y el panorama que se esbozó fue algo más auspicioso.
Según el acta elaborada tras el encuentro, al que tuvo acceso Rosario3, la Federación de la Industria Molinera (Faim) “comentó que durante la segunda quincena de enero la comercialización de trigo recuperó dinamismo”. Según datos oficiales, en total se vendieron durante el mes de enero 1,8 millones de toneladas de trigo de la nueva campaña 2020/21, un incremento del 37% en relación al volumen comercializado durante el mes de diciembre. Y en relación al mismo período de la campaña anterior (enero 2020), el incremento fue de 44%.
Lo que no se informó si fueron los productores y acopiadores quienes vendieron o, como en el caso del maíz, apareció la exportación aportando sus reservas, siempre buscando que el gobierno no quiera, por problemas de abastecimiento interno, cerrar exportaciones.
Precisamente, sobre el abastecimiento, en la reunión “se analizaron los datos de la campaña de trigo 2020/21 concluyendo que no se evidencia un problema de existencias por lo que no deben aparecer problemas para lograr las previsiones de abastecimiento interno para el 2021 en cuanto a volumen”.
La Mesa de Trigo no ve viable que para cumplir los objetivos de precios establecidos por el Gobierno se recurra a distintos mecanismos de compensaciones
En relación al impacto del trigo en los productos comercializados en el mercado interno, la Mesa –insistirá ante el gobierno con campaña de mostrar que hay otros componentes que pesan más que el trigo en el precio de pan que se venden en el consumo interno, como los impuestos, los alquileres y la electricidad
Y en paralelo, la Mesa tiene previsto iniciar “una medición del impacto que tiene el Programa gubernamental “Precios Cuidados” y “Precios Máximos” en las empresas, dada la falta de una fórmula de actualización de precios acordes con los valores actuales del trigo y de los índices inflacionarios previstos durante el año. Y también solicitará al Gobierno tener un intercambio sobre estos cálculos”.
Es que una particularidad que tiene el sector es que la industria molinera tiene precios pisados (el kilo de harina está a valores de marzo) mientras que sus costos se actualizan libremente, como el caso del trigo, que representa el 80% de los costos, y que subió fuerte en el último semestre.
Finalmente, algo que quedó establecido en la reunión es que, a diferencia del caso de los aceiteros, “la Mesa de Trigo no ve viable que para cumplir los objetivos de precios establecidos por el Gobierno se recurra a distintos mecanismos de compensaciones u otros de esa naturaleza, ya que los mismos han demostrado ser ineficaces en el pasado reciente”. En otras palabras, hay consenso privado de que, por la estructura de ese negocio, no es viable replicar el caso del fideicomiso aceitero en este sector, y que –en vez de compensaciones- se prefiere una actualización controlada de los precios de venta.