La “Mesa Intersectorial del Maíz”, que reúne a todos los sectores privados de la cadena maicera, se reunirá esta tarde con altos funcionarios de los ministerios de Agricultura y Economía para avanzar con un plan que garantice el abastecimiento interno del grano a precio competitivo y contribuya a aflojar la tensión en los precios de los alimentos, que no paran de subir.
Según lo acordado en una reunión interna, que por momentos tuvo picantes cruces entre compradores y vendedores, las agroindustrias llevan el rechazo a la sugerencia oficial del armado de un fideicomiso que estructure subsidios para los consumidores mayoristas (avícolas, granjas de cerdo, feedlots, ganaderos, etc.).
Esos sectores que son los que se quejaron de la falta de maíz y de su alto precio disparando así la intervención del gobierno nacional, que primero cerró exportaciones de maíz pero luego –ante el rechazo agrario a ese cepo- dio marcha atrás y le pasó a la cadena la responsabilidad de solucionar el problema.
No es un tema menor el rechazo al fideicomiso, ya que –precisamente- para los sectores mas kirchneristas de la administración es la herramienta más eficaz. Es más, estuvieron circulando borradores por despachos oficiales con la idea de poner retenciones móviles al maíz para que cuando este suba de cotización, como ocurre en este último tiempo, lo recaudado extra vaya al fideicomiso y desde allí se subsidie a los consumidores mayoristas, como las avícolas.
En el memo elaborado tras la reunión interna, al que tuvo acceso Rosario3, además de no aprobar el fideicomiso, se propone un paquete de herramientas financieras bursátiles que buscan dotarle de capacidad de pago en plazos más cortos a los consumos mayoristas para que de esa forma puedan competir por el maíz con los exportadores.
En rigor, buena parte de esas herramientas (compras a fijar garantizadas, warrants, cheques de pago diferido garantizados, etc.) ya están operativas en los mercados de valores y a término granarios y lo que se busca es impulsar su uso o mayor uso a través de garantías y fondeos oficiales. En efecto, sólo hay un puñado de nuevas (como un “botón de pago seguro”) pero todas confluyen en el mismo sentido.
Estuvieron circulando borradores por despachos oficiales con la idea de poner retenciones móviles al maíz para que cuando suba la cotización lo recaudado extra vaya al fideicomiso y desde allí se subsidie a los consumidores mayoristas, como las avícolas y los feedlots.
Esas medidas, según coinciden en privado actores de la cadena, sólo pueden ofrecer una alternativa a un puñado de empresas consumidoras con una gestión de compra profesional y una institucionalidad suficiente como para poder operar en Bolsa. Pero de nada sirve para un gran puñado de consumidores (entre avícolas y feedlots) que no tienen estructura comercial profesional para abastecerse. Y ni que hablar de aquellas empresas que compran granos en negro, que no son pocos cuando se trata de polleros.
Y es que para solucionar los problemas que se presentan (suba del precio del maíz) no se necesitan ninguna de las 7 nuevas herramientas que se están proponiendo. Por ejemplo, hasta agosto el maíz estuvo cotizando a u$s150 para esta fecha en los mercados de futuro. ¿Cómo pude ser que los consumidores corporativos no se garantizaron por esa vía ese precio y hoy tienen que ir al mercado spot con un maíz cotizando a más de u$200?
¿Existe un problema comercial o lo que ocurre es que un puñado de empresas lograron instalar sus deficiencias propias comerciales como un tema de mercado? ¿Cuando los consumos se quejan de que "no les venden maíz, será porque no son confiables al pagar? Y si bien es cierto que las empresas de estos sectores no pueden seducir a acopios y productores para que les vendan cuando los exportadores ofrecen pagos en 48/72 horas, las que pagan a plazo (30/45 días) igual se abastecen con total normalidad cuando son confiables. Por el contrario, las que dicen pagar a 30 y lo hacen a 60 o les rebotan los cheques es muy difícil que puedan abastecerse con normalidad, en tanto y en cuanto el acopiador o la cooperativa pueda venderel a otra firma. Pero eso es un problema de una empresa y no del mercado.
Conflicto que le vino como anillo al dedo a los sectores más duros del gobierno para cargar las culpas de la delicada situación financiera de las avícolas a los precios del grano y no poner en el centro al desfasaje financiero que significa a las avícola tener que vender el pollo entero a precios máximos cuando sus costos se ajustan por inflación o están libres.
¿Existe un problema comercial con el abastecimiento de maíz o lo que ocurre es que un puñado de empresas, como las avícolas y los feedlots, lograron instalar sus deficiencias comerciales propias como un tema de mercado?
Volviendo a la reunión virtual de esta tarde (en la que el vocero principal, José Martins, aclaró en el grupo de whats-app presentar como reunión de la Mesa Intersectorial y no del Consejo Agroindustrial), además del rechazo al fideicomiso y la presentación de las propuestas técnicas (que, como se dijo, carecen de la contundencia para resolver el entuerto), los empresarios sólo llevan una carta fuerte. ¿Cuál es ? Que los consumidores mayoristas no sacaron los pies del plato, y salvo sorpresa de última hora, avalarán la presentación conjunta.
Ocurre que avícolas, feedlots y granjas de cerdo ya no están histéricos por la falta de maíz luego de que los exportadores le vendieron en los últimos días más de 250 mil toneladas en los últimos días en condiciones comerciales que no trascendieron. Con el maíz garantizado, la tensión se aflojó. Sin esa presión se le reduce el margen político al gobierno nacional de tomar medidas contundentes, como cierre de exportaciones de maíz. En definitiva, la jugada más fuerte hasta ahora que logró descomprimir el tema fue la movida de las exportadoras de venderle a los consumidores internos el grano que estaban buscando con desesperación.
Con todo, habrá que ver si el gobierno desiste de subir retenciones y cerrar exportaciones, que es la receta que tiene más a flor de piel en sus manuales anti-inflacionarios por más que sobra la literatura para mostrar que el peso de los impuestos, los servicios y los gastos de estructura tienen más peso en el costo de los alimentos que el valor de los granos.
Lo cierto es que el Ministerio de Agricultura tiene que mostrar alguna gestión para contener la suba permanente de los precios de los alimentos. Y su estrategia fue: encargarle al sector privado que se lo resuelva ya que si no lo hacen por las buenas, el gobierno tendrá que hacerlo por las malas. Y en el horizonte del gobierno la medida que más gana adeptos es prohibir las exportaciones para que, al reducir la demanda, baje el precio del maíz, y no tanto subir las retenciones.