La Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), que nuclea a las principales empresas productoras y exportadoras de biodiesel del país, salió este viernes a instar a las autoridades nacionales, provinciales y legislativas a que se reforme el actual régimen regulatorio de biocombustibles. La liberalización del negocio, regido por una norma del gobierno de Cristina Fernández y actualizada durante la gestión de Alberto Fernández, era uno de los principales puntos de la fallida ley ómnibus
Las fábricas que están integradas a las aceiteras (desde las extranjeras Cargill, Dreyfus y Viterra hasta las nacionales AGD y Molinos Agro) jugaron duro para que se libere la venta a las petroleras para el corte obligatorio en el gasoil, cuyo abastecimiento es exclusivo de las empresas no integradas a aceiteras (de capitales nacionales y menor tamaño), quienes resistieron con uñas y dientes la vigencia de la normativa.
En esa contienda, el gobierno de Santa Fe -provincia que más plantas instaladas tiene- buscó que la nueva normativa contemple intereses de ambas partes apostando al aumento del corte obligatorio para que haya más demanda y ante la gran necesidad de volumen todas las firmas encuentren un lugar y no queden fuera del negocio.
Lo cierto es que caído el proyecto de ley del gobierno nacional, Carbio retoma ahora el lobby por la desregulación. Y es que si bien la liberalización quedó trunca, no se resolvió el problema central que es la alta capacidad ociosa de las grandes plantas que, estando trabado el comercio exterior, no pueden -por normativa- volcar su producción al mercado interno.
"Desde el 2010 (año en que dio comienzo el corte obligatorio de biodiesel con gasoil en Argentina), el consumo de biodiesel se duplicó en el mundo, pasando de 26 a más de 52 millones de toneladas anuales, mientras que en Argentina se redujo más del 40%, producto de pésimas políticas intervencionistas del mercado. Entendemos que en su capítulo sobre biocombustibles, el Proyecto de Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos que presentara el ejecutivo y fuera aprobado en general por la mayoría en Diputados, otorgaba un horizonte de crecimiento, además de desregular y promover las bases de una Argentina más competitiva", sostiene una carta difundida a la prensa por la entidad".
Y agrega: "Argentina necesita terminar con un sistema anti mercado de cupos y precios en biodiesel que es costosísimo para el consumidor y no existe en ninguna otra parte del mundo, hay que lograr que el congreso sancione una nueva ley que promueva la libre competencia y el crecimiento del biodiesel, en favor de la competitividad de nuestra economía y del medio ambiente; y que permita:
• Elevar el corte obligatorio al B15, para marzo del 2025 y continuar los posibles incrementos en convergencia con el mercado brasileño, atendiendo a la similitud tecnológica del parque automotor de ambos países y aprovechar las experiencias de uso que se puedan tener a nivel regional.
• Permita la participación de todas las empresas productoras de Biodiesel en el Corte Obligatorio del Mercado Interno.
• Promueva un mercado de Libre competencia, sin restricciones o segmentaciones en la menor medida posible. Esto podrá brindar la oportunidad de ofrecer biodiesel de mejor calidad y a mejores precios para todos los argentinos, saliendo del actual esquema discriminatorio y discrecional.