Una mejora inicial simbólica, casi de cortesía, en los mercados financieros para el día después de las Paso. Pero con el correr de los días empezará a primar la cautela en el mundo económico. Ese es el escenario financiero que más consenso tenía el domingo por la noche entre los operadores del negocio a medida que se consolidaba el contundente triunfo de la oposición de Juntos por el Cambio, sobre todo en provincia de Buenos Aires.
En otras palabras, para este lunes post-Paso se espera un jornada de tranquilidad cambiaria (los más optimistas, que eran los menos, hasta apostaban por una baja de 3 a 5 pesos en la cotización del dólar blue) acompañada con una fuerte suba de acciones y bonos y, por ende, una reducción del índice de riesgo país.
La suba de las acciones y bonos esperada para hoy tiene además otro fundamento. Como en el mercado apostaban por un triunfo del gobierno, los inversores estaban "muy vendidos" de activos financieros argentinos como se dice en la jerga bursátil. Por ende las cotizaciones estaban por el piso y hoy tiene margen para mostrar fuertes subas en porcentaje.
La primera lectura de un triunfo opositor que le quite margen de acción al gobierno en el Congreso, perdiendo el quórum propio en el Senado y quedando con menos Diputados (de confirmarse en las generales el resultado de las internas), es lo que entusiasma al mercado financiero que no comulga con las políticas de corte regulador que profesa el gobierno de Alberto Fernández.
Todo indica, según esta primera lectura, que al gobierno le costará mucho más promover medidas que choquen con el empresariado, como subas de impuestos o mayores restricciones a las exportaciones y las importaciones.
Pero al pasar el peine fino asoman fuertes interrogantes económicos y políticos que llevan a que lo que prime en la economía sea la cautela. Y en economía hablar de cautela significa que las billeteras siguen guardadas y las grandes inversiones en stand by.
Por el lado político, el revés en las urnas no es causa suficiente para que un gobierno de corte kirchnerista recule en su orientación como sería de agrado para los actores financieros. Todo lo contrario: la experiencia electoral pasada muestra que endurecerse. Y la radicalización es lo que temen en ámbitos de negocios.
"El primer apuntado por la derrota en el gobierno es el Presidente, el segundo es el ministro Guzmán. Y ahí tenemos un problema, no porque Guzmán sea un buen ministro sino por quien puede ser el reemplazo", señala el analista financiero Christian Buteler.
En ese sentido, se destaca la lectura que hace el empresario textil DamianRegalini, un industrial que respalda las políticas proteccionistas oficiales, al decir: "¿En serio creen que la gente votó así porque piensa que a la economía le hace falta más apertura?".
La alternativa de endurecer el rumbo ante el abandono del acompañamiento del electorado moderado que expresaron las Paso es un dato que los operadores del mercado observan y por eso -más allá de aprovechar una ganancia financiera momentánea- la prudencia y el temor es lo que prima a la larga.
También la oposición genera reservas ya que está muy presente la crisis que dejó el macrismo en 2019. Pero si hay algo que despierta temores en ámbitos empresarios es el escenario de una administración con problemas de gobernabilidad por el revés electoral y cruzado por una fuerte interna con los sectores K más duros culpando al presidente Alberto Fernández por la derrota.
Pero la cautela en ámbitos privados también tiene razones financieras. Y la mira están puestas en dos factores claves: la emisión (para afrontar suba de gastos) y las reservas.
"Seguramente el lunes suban las acciones (los bonos con menor velocidad) pero el dólar no creo que se tranquilice durante mucho tiempo, si lo que viene es quemar las naves y salir a emitir a lo que dé hasta noviembre para intentar la heroica", señala Juan Manuel Palacio, asesor financiero.
Por su parte Mauro Mazza, operador de la sociedad Bull Market, advierte: "Más allá de que este lunes suba fuerte la bolsa y se aprecie el peso, acá vamos a un caos cambiario de mediano plazo en la medida en que el presidente del Banco Central, Miguel Pesce tome medidas expansivas".
Ocurre que círculos empresarios descuentan que el gobierno tratará de volcar todos los pesos que puedan al mercado interno como herramienta electoral. Y si bien el gobierno frenó en el primer semestre la emisión para poder tener margen de cara a las elecciones, en el mercado financiero temen que ahora se apriete mucho más el acelerador de la emisión para aumentar el gasto. Y eso para el credo liberal eso se traduce en más inflación y devaluación. Sobre todo cuando, en paralelo, los dólares de la reservas no sobran.
"El Banco Central República Argentina no tiene los dólares suficientes para enfrentar los vencimientos de deuda pública, el gobierno debería precipitar un acuerdo con el FMI para no perder más reservas. Si no reacciona, el dólar blue se va a las nubes", señala, por su parte, el consultor Salvador Di Stéfano.
"Tenemos por delante una gran demanda de dólares para el pago de deuda. Y eso significa, para la política del gobierno, que ningún dólar se pierda en el camino en mayores importaciones, más gasto en turismo, remesa de dividendos o dólares para refinanciar deuda de empresas", agrega en analista. Y es por eso que en el mercado un escenario de mayores restricciones cambiarias es figurado como posible.
En concreto, las reservas al día 10 de septiembre sumaban U$S 45.761 millones. Hasta fin de año los vencimientos de capital e intereses de deuda en dólares suman U$S 7.048 millones. Y con el resto deberá enfrentar durante el 2022 vencimientos en dólares de la deuda pública por U$S 28.239 millones (de los cuales U$S 17.778 millones), por lo que al gobierno no le sobra margen para contener el dólar, salvo acuerdo con el FMI que postergue pagos.