Operadores del mercado inmobiliario y autoridades municipales coinciden en que le será muy difícil a los propietarios de la emblemática esquina de Sarmiento y Córdoba, que en 60 días desocupará Falabella, encontrar una nueva cadena comercial que ocupe el lugar de la mega tienda. ¿Qué se puede hacer, entonces, para evitar que el lugar quede con las persianas bajas? Con esa consigna Radiópolis, en la mañana de Radio Dos, consultó a empresarios de distintos sectores y generaciones para que aporten sus ideas. Esto propusieron:
Andrés Garibaldi (de la inmobiliaria Dunod): “Con este contexto económico y sanitario será difícil encontrar una tienda internacional que desembarque en Rosario para ocupar todo el inmueble. Por eso apostaría en armar un modelo similar al de un shopping. Se podría pensar en que en cada piso haya un tipo de tienda que funcione una de manera independiente de la otra, pero que tengan una estrategia de marketing común para todo el complejo. Diversificando la oferta se podría mantener el flujo de personas”.
Ignacio Sanseovich (de la tecnológica Tecso): “Pensaría por el lado de generar iniciativas que generen empleos que miren al futuro y que también le aporten identidad a la ciudad. Imagino un centro tecnológico y de innovación en el que trabajen distintas empresas de distintas disciplinas de la tecnología, sumándole servicios como patio de comidas o de esparcimiento para las empresas instaladas. También armaría un espacio para laboratorios de investigación científica que puedan interactuar con las empresas tecnológicas. No hablo de coworking sino de un centro tecnológico que trabaje sobre tecnologías innovadoras".
Patricio Marcón (de Mar Constructora): “Veo complicado que una empresa apuesta a quedarse con un local de semejante magnitud por los gastos que supone. Protegería la propiedad y el valor histórico con un proyecto mixto en que el armaría en el subsuelo y planta baja locales comerciales y gastronómicos, como se hizo en el Mercado del Patio, mientras que en el primero y segundo piso pondría oficinas de distintos tamaños. Apostaría a alquileres flexibles, por proyecto y períodos cortos”.
Ariel Secondo (de la consultora Mec): “Por el proceso de deterioro que atraviesa desde hace tiempo el centro de Rosario, que desde la cuarentena fue mayor, cualquier iniciativa tiene que estar en un marco de un plan más amplio y abarcativo de rehabilitación del centro. Por ejemplo, con fuertes inversiones en infraestructura, en luminarias, seguridad y con estrategias de marketing para toda la zona. En ese marco, en el inmueble más que apostar a una salida comercial apostaría a la generación de experiencias. Pienso en un paseo cultural, con espacios para actividades artísticas, musicales, presentaciones de productos y también alguna oferta comercial. Pero lo distintivo sería generar un espacio para experiencias. Un espacio para la lectura, como bibliotecas y también con distintos tipos de ofertas gastronómicas. Se podrían armar múltiples espacios de encuentros, como un gimnasio".
Ivo Kraljev (de la alimenticia Arbanit Fellow): “La salida tiene que venir de una gestión pública y privada. Aprovecharía el imponente inmueble como estandarte para darle fuerza a la imagen de la ciudad con iniciativas que atraigan turistas. La volvería a llamar La Favorita por el valor emocional que tiene para los rosarinos. Aprovecharía para armar un museo del helado, ya que nuestra ciudad es la capital del helado artesanal. Lo pienso como un lugar interactivo en el que la gente pueda idear sus propios gustos, se vean los procesos y que estén todas las marcas. También armaría un museo de Messi con mucha tecnología y que también sea muy interactivo. También lo convertiría en un centro de servicios y ofertas para el turismo”.
Patricio Vacchino (de la agencia de marketing Distinto o Extinto): "Armaría un Feriando, que sería una feria de emprendedores. Con apoyo del Municipio y la Provincia, generaría un espacio para que quienes no tienen lugar para exhibir puedan mostrar allí sus productos pagando un alquiler mínimo. Sería como una gran tienda de emprendedores. Sectorizaría por piso los que son de alto y mediano impacto y los que son sociales. Y sumaría servicios para ellos como oficinas de asistencia contable, legal, de marketing y productiva".
Ariel Dolce (de la industria Flexocolor): “Por la ubicación y los tiempos que corren buscaría armar un espacio colaborativo para la producción de pymes, emprendedores digitales y artesanos. Un espacio mixto, con financiamiento privado y público, adonde emprendedores sin estructura puedan producir en un entorno colaborativo sumándole instancias para el aprendizaje de la mano de los colegios técnicos y de las universidades".