El nuevo régimen para la industria del biocombustibles que impulsan legisladores del kirchnerismo -que mantiene la regulación estatal pero baja al 50% el mínimo corte obligatorio con los combustibles- no arrancó con el pie derecho su tránsito legislativo en la Cámara baja y por eso empezaron a asomar versiones de una prórroga "corta" del sistema actual, ya que su vencimiento es inminente: el 12 de mayo.
Si bien el Senado aprobó por unanimidad una extensión de 4 años, la que prórroga que se empezó a negociar bajo cuerda entre legisladores y empresarios sería bastante más corta. Hay una posibilidad de hacerla por 90 días y otros pretenden llevarla a un año, entendiendo que ese es el plazo mínimo necesario para debatir una nueva norma que genere consensos políticos y empresarios.
Pese a que el proyecto oficial cosechó más rechazos que apoyos al ser presentado el miércoles pasado en la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, hoy habrá una nueva reunión legislativa. Y si bien los impulsores reconocen que "está difícil", sobre todo porque deben llegar al 12 de mayo con un proyecto sancionado en ambas Cámaras, aseguran que se esforzarán para lograr el martes próximo, cuando vuela a juntarse la Comisión de Energía, dictamen favorable a la iniciativa.
Pese a las dificultades, ante la consulta de Rosario3, desde el ministerio de Desarrollo, que preside Matías Kulfas, se informó oficialmente que se sostiene políticamente el proyecto oficial que presentaron los diputados oficialistas con miras a llegar al 12 de mayo.
Negociación difícil
La presentación del proyecto -cuyo principal impulsor es el diputado nacional Marcos Cleri- que se realizó este miércoles en la comisión de Energía mostró que, a la hora del poroteo de votos, el proyecto no generó los rápidos consensos que se requieren ante la urgencia de los plazos.
Por el lado de los legisladores, salvo los impulsores, no logró el visto bueno de otros sectores. El macrismo, a través de Omar de Marchi, lo rechazó y también la diputada Graciela Camaño. A los radicales, a través de Jimena Latorre, también se opusieron.
¿Qué prefieren los opositores? Que Diputados, en vez de proponer ahora una nueva ley, le dé el visto bueno al proyecto aprobado por unanimidad en el Senado que prorroga por 4 años el régimen vigente y usar ese plazo consensuar una nueva norma para un sector.
¿Qué piensa hacer el socialismo? "En un contexto donde el Ejecutivo no permitió que otros proyectos de Biocombustibles prosperaran, y donde todo quedó reducido a la prórroga del sistema actual o el proyecto del oficialismo, el proyecto oficial resulta inaceptable", le dijo a Rosario3 el diputado nacional, Enrique Estévez. "Hay dos grandes cuestiones que lo hacen inaceptable, porque se trata de un proyecto que retrocede con las condiciones actuales de corte de combustibles y por el poder concentrado y discrecional que se le otorga a la Secretaría de Energía”, agregó el diputado socialista.
Si bien todavía no cosechó el rechazo, los diputados del Interbloque Federal (que son 8 y, cuando la grieta se impone, terminan siendo votos claves para inclinar la balanza para uno u otro lado) tampoco le dieron su apoyo inicial. "Todavía lo estamos hablando", dijo a Rosario3 el diputado santafesino Luis Contigiani.
Interna empresaria
A nivel empresario, de la reunión en la comisión de Energía en Diputados, sólo cosechó un apoyo cerrado: el de la Cámara Santafesina de Energías Renovables (Casfer), que reúne a pymes de la provincia que son beneficiadas por el actual régimen (que mantendría por 10 años el proyecto K) ya que el Estado le asegura exclusividad la provisión de biodiesel a las petroleras.
La otra cámara empresaria pyme importante (Cepreb) dio sólo un apoyo parcial al proyecto. Es que esa entidad valoró que se mantenga la regulación, pero criticó la rebaja del corte obligatorio. Pero no es un punto menor el que se rechaza. Todo lo contrario. Es el fundamental. Es que el espíritu del proyecto K es bajar la presión de costos en los combustibles al llegar al surtidor, y apuesta a hacerlo bajando el volumen de bio que las petroleras deben comprar. Precisamente, esa rebaja es lo que más rechazan las grandes empresas del sector, la mayoría multinacionales aceiteras.
En rigor, las grandes firmas apuestan por una desregulación del mercado convencidos que le pueden acercar mejores valores a las petroleras, pero están dispuestas a aceptar que siga la regulación (dándole exclusividad a las pymes para llegar al corte obligatorio) por más que no lo compartan, pero no que se rebaje el corte. Es que las grandes empresas -que están integradas a las aceiteras- tienen mucha capacidad instalada y saben que, al final de cuentas, las petroleras necesitan comprarles para completar los cupos actuales.
Y ese fuerte rechazo al proyecto K fue claramente expuesto en la reunión de comisión de Diputados. Así lo señalaron la Cámara Argentina de Biocombustiles. la Cámara de Industrializadores de Granos y Productores de Biocombustibles en Origen, la Cámara de Bioetanol de Maíz, la Asociación Argentina de Biocombustibles, el grupo de ex Secretarios de Energía de la Nación, y hasta Coninagro y ACA. Incluso, grandes industrias del sector como Bioetanol Río4 se expresaron en contra.
A todo esto, el lobby petrolero -que pide la desregulación del sector para bajar sus costos de abastecimiento- sigue muy activo y con fuertes vasos comunicantes con legisladores nacionales del sur del país, que también ven con ceño fruncido que se mantengan las regulaciones, por más que les bajen el corte obligatorio a la mitad.