Son las elecciones democráticas más grandes del mundo porque India es el país más poblado del mundo. En 2023 despojó a China de ese primer puesto, al menos desde 1950, que fue cuando se iniciaron los datos de población de Naciones Unidas. Existen muchas diferencias entre ambos Estados orientales, pero la principal es que políticamente China no es una democracia. En India están habilitadas para votar casi 970 millones de personas. Esto es el 10 por ciento de la población mundial o las poblaciones enteras juntas de Estados Unidos, Brasil, México, Rusia, Japón y Suiza.
Este país se rige por un sistema parlamentario y renueva la cámara baja, que es la que elige al Primer Ministro, cada cinco años. Debido a la complejidad del territorio y a la cantidad de votantes las elecciones durarán 44 días y se conocerán los resultados el 4 de junio. Muchos analistas consideran que son una especie de referéndum para Narendra Modi, el actual Primer Ministro que va por su tercera elección. Lidera el país desde 2014 de manera personalista y fomentando un marcado nacionalismo.
Las encuestas dan al líder indio como imbatible ganador. De la composición de las 543 bancas que hay en juego éste se ha fijado como umbral alcanzar 370 escaños. Lo cual serían 67 diputados más de los obtenidos en 2019. Aunque con colisiones podría llegar a una mayoría hipercualificada superior a los 400 escaños. Esto le otorgaría un enorme margen para realizar reformas sin apenas contrapesos. Pero, ¿cómo logró Modi evitar el desgaste de diez años de gobierno y llegar al 2024 con tantísima popularidad?
Para empezar, el mandatario ha alcanzado algo extremadamente difícil en una sociedad tan diversa, numerosa y compleja como la de India: el apoyo transversal. Se encuentra respaldado tanto por las élites económicas, que son las que han crecido exponencialmente bajo su mandato, pero también por los sectores más pobres, castas atrasadas y descastados. Estos grupos encuentran resonancia con el pasado del primer ministro, hijo de un modesto vendedor de té, que ha llegado a lo más alto. Tras esta historia, de la cual algunos dudan su veracidad, subyace “si él pudo, yo también puedo”.
Durante los últimos diez años, su gobierno se enfocó en resolver las deudas pendientes de las administraciones anteriores como infraestructura y reforma agrícola. Para ello ha construido gran cantidad de carreteras rurales, puertos, autopistas, aeropuertos, nuevas centrales eléctricas y proyectos marítimos. En tanto, su reforma agraria fue fuertemente resistida por reforzar la posición de grandes empresas, y tuvo que dar marcha atrás a principios de 2022.
Los programas de bienestar social que se han aplicado lograron multiplicar por cuatro el acceso de agua canalizada en el campo, han duplicado las líneas de transmisión eléctrica y han ayudado a disminuir la defecación abierta, una costumbre enormemente arraigada entre la población. Según el propio Modi, ha subvencionado la construcción de unos 40 millones de viviendas de concreto para familias sin recursos. Además, ha fomentado una transformación digital de identificación biométrica que permite a los ciudadanos recibir ayudas directas del Estado, esto elimina a los mediadores y por ende a la corrupción.
En los últimos 15 años, según la ONU, el país ha sacado de la pobreza a 415 millones de personas. Si bien la cifra es enorme y el avance suena impresionante, India sigue siendo el territorio con mayor número de pobres del planeta con 229 millones. Esto no implica que, por su tamaño y el rol global que el país ha sabido construir en términos económicos y geopolíticos, India se convierta en las próximas décadas en el principal contribuidor al crecimiento global, superando incluso a China.
¿A qué se debe? El país dispone de características fundamentales como tener una economía diversificada y en rápido crecimiento, una mano de obra numerosa y cualificada -alrededor del 65 por ciento de la población india es menor de 35 años-, una notable capacidad para atraer inversiones, un sector agrícola lleno de posibilidades, una orientación destacada hacia las exportaciones y un dinamismo hacia el ahorro y consumo personal. Si bien en 2023 el crecimiento alcanzó el 8 por ciento, la bonanza no ha llegado a todos los sectores de la población. Por eso, su gran desafío futuro será continuar generando empleo asegurando al mismo tiempo la estabilidad macroeconómica.
Pero no todas son buenas. Muchos analistas hablan de un deterioro democrático en los últimos años. La oposición acusa al gobierno de ser víctima de persecución política. Esto le impidió ser una alternativa viable en estas últimas elecciones. El Alto Comisionado de ONU para los Derechos Humanos expresó en marzo su preocupación por “las crecientes restricciones del espacio cívico —con defensores de los derechos humanos, periodistas y críticos percibidos como objetivo—, así como la incitación al odio y la discriminación contra las minorías, especialmente los musulmanes”.
En cuanto al plano internacional, Narendra Modi ha realizado un gran trabajo para elevar la proyección de su país. En ese aspecto, el 2023 fue un gran año. Ha logrado consolidarse como una tercera vía próxima a Occidente frente al auge de China. Sabe que Estados Unidos lo necesita en esta pulseada y quedó demostrado cuando el primer ministro fue recibido con máximos honores en Washington, entrando en un muy selecto club de mandatarios. Sumado a que se llevó bajo el brazo importantes acuerdos de transferencia de tecnología de Defensa.
Otra conquista de 2023 fue pasar a ocupar el cuarto lugar en la carrera espacial global detrás de Estados Unidos, China y Rusia. El país pudo alunizar una nave no tripulada en el polo sur del satélite natural de la Tierra. Hasta ahora ningún otro programa espacial lo había logrado. El gobierno intentará enviar un indio a la luna en 2040. Además, India ocupa el cuarto lugar en gasto militar y posee el arma nuclear. Hace un mes, el gobierno informó que había realizado el primer vuelo de prueba de un misil de ataque múltiple que puede transportar cargas nucleares.
Otra victoria del año pasado fue ser el anfitrión en la realización del G-20 en Nueva Delhi. En la declaración final conjunta se condenó la guerra en Ucrania sin mencionar explícitamente a Rusia. Fue éste un logro diplomático que lo posiciona como potencia emergente capaz de generar consensos en la escena internacional. Los esfuerzos del gobierno de Modi están dando resultados para erigirse en gran representante del sur global, a la vez que lo ubica como un polo potente e independiente, dentro de un mundo multipolar.
Una de las promesas electorales de Narendra Modi en esta campaña es convertir a su país en una nación desarrollada para 2047. Es cuando se cumplen cien años de su independencia. Para eso faltan todavía unos largos 23 años aunque parece contar con gran apoyo popular para que esto ocurra. Hace sólo una década, India era la décima economía del mundo. Pero por política de Estado es hoy la quinta, forma parte de la mesa de toma de decisiones globales y llegó a la luna.